Pasen y vean camerinos, el otro lado de la función

El Festival de Teatro Clásico de Mérida acoge hasta finales de agosto la exposición 'Camerinos' de Sergio Parra formada por medio centenar de retratos de artistas nacionales e internacionales que se han dejado fotografiar en sus espacios más íntimos.

Los camerinos son y no son parte de la función, "son la cámara de descompresión donde los artistas pasan de la vida, de la rutina, del día a día, a su personaje", explica el fotógrafo Sergio Parra, uno de los pocos privilegiados que ha podido descubrir el espacio privado de 50.000 artistas. Parte del resultado puede verse en Mérida hasta finales de agosto y a partir de septiembre en Madrid con el apoyo del Teatro Español.

Parra descubrió el enorme potencial artístico de los camerinos de casualidad. Tras una sesión de fotos con la actriz Amparo Rivelles se dio cuenta de "la magia que desprenden, como todo lo que rodea al teatro". Los espejos, los utensilios para el maquillaje, el vestuario y la fuerza de la caracterización eran el fondo perfecto para dar forma a los retratos y decidió compartirlo. Así empezó la idea de su exposición 'Camerinos'.

El proceso para conseguir entrar al lado más íntimo de los artistas ha sido complicado y por eso ha tardado 12 años en completar la colección. El fotógrafo llamó a todas las puertas de la cartelera y a tirar de contactos. Al principio, sólo buscaba a damas de la escena pero después decidió abrirlo a otros perfiles y disciplinas artísticas. Nuria Espert, Blanca Portillo, Vicky Peña, Carlos Hipólito, Maribel Verdú y José Luis Gómez, entre otros muchos, forman parte de la colección.

A través de los camerinos se puede intuir parte de la personalidad de los artistas, "hay personas que lo visten, sus fotos, sus plantas, derrochan vida, pero en otras personas es totalmente aséptico, parece que hayan entrado por primera vez en él", relata el fotógrafo.

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Su cámara se ha quedado con el aire decadente de estos espacios, con las luces a medio gas, y él con cada anécdota: la concentración de Nuria Espert, el mimo con el que se maquillaba Blanca Portillo o el tierno ensayo de Estrella Morente con su padre Enrique, momentos antes de la actuación.

La exposición de Parra se completará este verano con los actores del Festival de Teatro Clásico de Mérida. El encanto de su muestra está en que ha conseguido que los camerinos sean una parte más del espectáculo con la cara más humana de sus protagonistas.