Irritar

Casi siempre hago que el horario de los informativos de las cadenas de tv coincida con mi horario de comidas.

Me alimento entre las dos y las tres de la tarde, y al mismo tiempo compruebo por lo que veo que (como decía Julio Iglesias)"La vida sigue igual"....o casi igual... destartalada... imprevisible...a veces angustiosa, y raramente pero que muy raramente atractiva y feliz.

No soy yo de los que se regodean en las desgracias. No soy de los que les gusta que todo vaya mal, para así sentirse a gusto en medio de un océano de soledad, negatividad y catastrofismo. Todo lo contrario .Soy de esas personas que sonríen cuando a alguien les toca el euromillón , cuando nace un niño, o cuando una pareja de amigos olvida sus diferencias y se funden en un largo beso.

Pero no vivo en Disneylandia , y hay cosas que me indignan. Me indignan sí...y mucho.

Una de ellas surgió ante mí hace unos días, mientras me comía una rodaja de merluza al vapor acompañada de unos tomates con aceite y sal y unos colines.

El titular de la noticia en boca de mi admirado amigo Pedro Piqueras (no se puede ser más afable que Pedro...eso es imposible) sonaba serio y rotundo, aunque no abandonase ni un instante ese esbozo de sonrisa, que solo tienen los dioses de la comunicación.

Y bien:... venía a decir Pedro que un altísimo porcentaje de universitarios españoles no sabía cuál era la capital de Portugal...no sabían dónde nació Pablo Picasso, y en el colmo de su ignorancia, uno de los alumnos que aparecía en el reportaje, llegaba a decir que Mariano Rajoy era ministro....lo cual me llevo a plantearme una duda existencial, mientras enfilaba a mi boca con el tenedor una vibrante lasca de esa buena merluza que se pesca en los mares del norte de mi tierra. Llegué a dudar si este buen chaval se había quedado anclado en los recuerdos de su infancia, o por el contrario estaba delante de un futurólogo en ciernes...un aventajado discípulo de Acebes (no el ex-ministro de Interior , sino Octavio "el echador de cartas") .

Alumnos preparados de una Europa que se deshilacha, como se deshilacha el sillón en donde leo, gracias a las pertinaces uñas de mi gato.

¡Me indigno ...y mucho , porque no es que se trate de gente que no tenga acceso a la cultura o a la lectura, no es gente que tenga que trabajar de sol a sol repartiendo pizzas en un ciclomotor jugándose la vida en el tráfico urbano... Son alumnos que el día de mañana, tendrán que definir las reglas de comportamiento de una sociedad que juega con sus uñas sobre nuestra piel del mismo modo que hace mi gato con mi sillón...sin voluntad de destrucción, pero con una lúdica maldad.

Me indigno, pero no me irrito.

Hace ya tiempo que quería echar un vistazo a esos programas de la parrilla televisiva, en los que se habla del corazón como si se hablara del mismísimo "corazón de una central nuclear averiada". Vaya por delante, que no soy de los que cree que haya una tv buena y otra mala. No estoy en esa discusión. A mí cuando algo no me gusta, no lo veo y punto. Pero como Lourdes me ha pedido que reflexione con ustedes durante este verano, lo voy a hacer.

A mí lo que me preocupa es pensar que si los universitarios españoles no saben que Lisboa existe, ni que Picasso era Malagueño Universal, ni que a Mariano Rajoy le quedan dos telediarios...para ser...quizás...ministro.. o algo más, que nadie se me asuste... A lo peor también creen que esa gente que grita en los programas del corazón...que gritan hasta traspasar el umbral del ruido ambiente permitido...que se levantan hasta amenazar con su gestualidad al mundo entero, lo hacen porque lo sienten de veras, porque les va la vida en insultar a unos y a otros, lo hacen porque ellos también tienen un corazoncito como el que aparece en los susodichos programas que a veces también siente el dolor de la ofensa.

¡Pues no señores! ¡Aquí estoy yo para decirles que los reyes son los padres!

Todo lo que se dice en esos programas ...todo eso que se hace en esos programas ...todos esos cuidadísimos vestuarios, estudiadísimos para cada uno de los gladiadores que saltan a la arena, todas esas lágrimas, todas esas risas, todo ese peligro ,todo ese riesgo inminente de explosión ...es peor que la mentira ...es ficción ....ficción pura y dura... Calculadas maneras de provocar la atención a través de la irritación.....

Y se irritan....y me irritan. Y mucho. Me irritan porque me irrita el teatrito de mentira. Ese "hacer teatro "que algunos identifican con el acto de mentir.

Me irrito, porque pienso que si no sabemos quién es Picasso...o donde esta Lisboa...si no sabemos qué países configuran la Europa del Euro... si no sabemos que el corazón ha sufrido desde hace tiempo una angina insuperable... si no sabemos que la cultura es esa clave que nos hace distinguir lo bueno de lo malo y optar por alguno de los dos caminos....

¿Cómo vamos a saber en qué consiste la deuda griega?... ¿Cómo vamos a entender que Europa está formada por pueblos y no por monedas? ¿Cómo vamos a poder decir a nuestros hijos que antes...mucho antes que ahora...el amor se expresaba en forma de poemas que surgían desde lo más profundo del corazón? ¿ Cómo van ellos a sentir que cuando seamos mayores ,no seremos una carga sino parte imprescindible de sus vidas?

Me irrita la ignorancia y me irrita el abandono.

Pero abandonar es otra historia...y yo si ustedes quieren, se la contaré encantado el próximo domingo