Los hermanos Dardenne prefieren a Spirou frente a Tintín

Recién llegados de Valladolid, donde han presentado su película en sección oficial, los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne [Lieja, Bélgica, 1951 y 1954] han pasado por Madrid para hablar con la prensa de 'El niño de la bicicleta'. La casualidad ha querido que su promoción coincida con la de 'Las aventuras de Tintín', el héroe de su Bélgica natal, pero de eso hablaremos más tarde. Lo primero que hemos preguntado a los cineastas es... por qué hacen cine, por qué siguen haciendo cine a pesar de todo. "A veces pensamos que es por seguir actuando como si fuéramos niños" -asegura Luc. "Nos reímos juntos, nos peleamos y así recordamos nuestra infancia". Su última cinta es bastante más luminosa que las anteriores, incluye música, y por primera vez han elegido a una actriz conocida en Francia -Cécile de France- para protagonizarla.

¿Por qué este cambio? ¿Por qué un relato más luminoso? "Siempre lo vimos así. Cuando Cyril empezó a aparecer en el guión y empezó a coger fuerza, desde el principio lo vimos con una bici. Cuando apareció Samantha la veíamos con calor, veíamos sol. Y la música... se nos ocurrió intentar poner música a esta película. ¿Por qué? Porque era necesario. Era muy oportuno porque llegó en un momento en el que a los dos nos apetecía trabajar con una actriz conocida, poner música en nuestra película y nos apetecía rodar en verano porque estábamos hartos de rodar en invierno", afirma Jean-Pierre. 'El niño de la bicleta', pese a su luz, sigue siendo una historia de personajes que están en la cuneta. '¿Son los niños los grandes olvidados de las sociedades avanzadas?', preguntamos. "Es verdad que solemos trabajar con personajes que están marginados, que no pertenecen a la sociedad o que han decidido no pertenecer a la sociedad, como Bruno en 'El hijo'", reconoce Luc.

"Es verdad que nos gusta grabar a esta gente, a la gente joven, a la gente que está fuera de la sociedad, la gente que está en situación de supervivencia, la gente marginada, la gente que no vemos en la realidad.Con el cine nos gusta devolver a estar personas a la sociedad, y así mostrar lo que hay que cambiar en nuestra sociedad. Por eso hacemos una película, no por motivos políticos sino porque nos gusta esta gente. Si no fuera así, nos cansaríamos. Ya no nos apetecería grabar a esta gente, nos iríamos a sitios más lujosos o a vidas más asentadas. Y eso que el papel de la peluquera -Samantha en la cinta- es un poco distinto del de Rosetta, porque la peluquera tiene su trabajo, tiene sus clientes... pero el niño sí que está fuera de la sociedad. Y es verdad lo que dices de que los niños son los testigos de la sociedad, y cuando se excluye a los niños de una sociedad eso es grave, y nos devuelve a la época de Dickens, en la que los niños trabajaban. Pero que ocurra hoy en día, cuando los niños tienen derechos, nos parece muy grave", continuaba Luc con tono serio.

Y llega la pregunta más esperada. '¿Les apetece ver Tintín? ¿Cómo harían ustedes su propio Tintín?'. Los dos hermanos ríen a gusto. "No sé cómo podríamos hacer un Tintín, nunca se nos ha ocurrido", reconoce Jean-Pierre. "Iremos a ver la película. Cuando éramos niños había dos bandos, el de Tintín y el de Spirou. Nosotros éramos del bando de Spirou, con lo que Tintín nos parecía mucho menos interesante, y era porque nuestro padre nos traía a Spirou, por eso éramos de ese bando. Nunca ha habido guerra entre ambos bandos", vuelven a reír. "Los del bando de Tintín leían Spirou a escondidas y viceversa", apunta Luc Dardenne. "Hergé dijo de Franquin, el creador de Spirou, que a lo mejor dibujaba mejor que él... pero que él contaba mejor las historias". Y con la alusión al fin de semana más belga en la cartelera terminaba la entrevista. Ahora ambos esperan para ver si el palmarés de la Seminci les depara algo...