Catalunya: campaña entre la apatía y la inhibición
Catalunya ha ofrecido desde la restauración de la democracia, un mapa electoral muy estable, con escasas oscilaciones, dominado por socialistas y convergentes. ¿Puede alterarse el día 20, con un ascenso del PP? ¿Qué papel pueden jugar los restantes partidos? Martí Gómez ha efectuado a lo largo de la semana un chequeo a lo que puede pasar.
Catalunya ha ofrecido desde la restauración de la democracia, un mapa electoral muy estable, con escasas oscilaciones, dominado por socialistas y convergentes. ¿Puede alterarse el día 20, con un ascenso del PP? ¿Qué papel pueden jugar los restantes partidos? Martí Gómez ha efectuado a lo largo de la semana un chequeo a lo que puede pasar.
¿Cómo definirías el ambiente electoral en poblaciones del entorno a Barcelona, tradicionalmente de voto socialista?
En el barrio de El Fondo en Santa Coloma, 26.000 habitantes, miles de ellos inmigrantes, si preguntas ¿cómo va la campaña de las elecciones? te responden ¿qué elecciones? Pancarta, una sola en todo el barrio. Pasquines, ni uno. Solo hablan de elecciones los inmigrantes latinoamericanos que tienen miedo de que si gana el PP los envíen de viaje de vuelta. En Sant Boi, un 13% de inmigración, me hablan de apatía. La gente no se moviliza. Socialistas y convergentes dicen estar, frase textual, a la espera de ver por donde sale el sol la mañana del día 21. El sol puede salir con un aumento de votos del PP o de la xenófoba Plataforma per Catalunya.
¿Y en Cornellá, población emblemática porque allí forjó José Montilla su personalidad política, siendo alcalde?
Con un 18% de paro, el más alto entre todas las poblaciones del Baix Llobregat, en Cornellá me hablan de inhibición y menos actos electorales, quizá porque los organizadores tienen miedo al vacío y se curan en salud no convocándolos vista la baja tensión política de la ciudadanía. Se masca un desplazamiento de votos hacia el PP. Me hablabas de Montilla. Ni rastro. Una pérdida excepcional, por lo rápida, de autoridad y de liderazgo, aunque ahora hay quien se pregunta si en verdad fue líder alguna vez. El tripartito no fue glorioso y eso se paga. En Santa Coloma los socialistas viven la resaca del escándalo del caso Pretoria, con el entonces alcalde Bartomeus como uno de sus protagonistas.
¿Quién aportaría, de confirmarse, ese trasvase de votos hacia el PP?
Básicamente, inmigrantes de la primer generación, gente que siempre se ha sentido PSOE y no se siente PSC. En Santa Coloma, por poner un ejemplo, la gente decía, y aun lo dice interiormente, que vota Felipe. No decía voto PSOE. Era y es un voto visceral. No ideológico. Un descenso importante del voto socialista puede llevar a una fractura de la cohesión social. El PSC-PSOE, como lo hizo el PSUC, ha jugado un papel crucial de cohesión entre la comunidad catalana de nacimiento y la inmigración interior.
Y en Barcelona ciudad ¿qué se intuye?
Que subirá el PP, pero no tanto como para superar a CiU; que Iniciativa per Catalunya-Els Verds subirá, porque tiene un buen candidato; que Esquerra Republicana bajará, aunque las encuestas digan que se mantiene, y que los socialistas, capearán el temporal. En Tarragona y Lleida subirá el PP pero en Girona su ascenso será menor. Existe la impresión de que, en general, el voto con el que se quiere castigar a Zapatero no irá a CiU. Irá al PP y, en menor grado, el socialista desencantado pero que sigue sintiéndose parte de eso que se llamaba la izquierda, votará a Iniciativa. Igual no acierto ni una.
En ese reparto de pastel ¿no es factible que emerja un partido que pida un aumento de su porción?
Es factible en las municipales, y ahí tenemos la xenófoba Plataforma per Catalunya. Es prácticamente imposible en las generales. Aunque en las municipales se exige un 5% de los votos emitidos y en las generales un 3% en el primer caso, sobre todo en municipios pequeños, juega un papel el carácter del mensaje, que incide en la problemática local. Sobre este tema he hablado con Marc Carrillo, catedrático de Derecho Constitucional. Opina que con el sistema electoral español las formaciones pequeñas tienen muy pocas posibilidades de conseguir una buena ración de pastel electoral porque el sistema prima, siempre, a los dos partidos que quedan en cabeza. Marc Carillo ha definido esa situación con una frase concreta: "El sistema proporcional D` Hondt es el menos proporcional de los sistemas".




