
Adele, la reina del 2011
La inquieta industria musical británica no lleva bien la orfandad, necesita papás y mamás, reyes y reinas que puedan presentar batalla al mercado estadounidense. Esas batallas transoceánicas han elevado a muchas bandas y enterraron a otras que claudicaron o perdieron.
En 2008 la genial Amy Winehouse era la reina de la música británica, su disco de 2006 la había consagrado en EEUU con cinco premios Grammy, pero en ese 2008 la reina estaba siendo devorada por los lobos. Su tercer disco había sido rechazado, los productores no querían trabajar con ella y la prensa amarilla se cebaba con sus borracheras, sus salidas de tono y su divorcio. En aquel mismo año se publicaba el primer disco de Duffy, una rubia galesa que con su Rockferry se postuló a aspirante. Al rebufo del éxito de la cantante recientemente fallecida fueron apareciendo diferentes nombres de la nueva oleada del soul británico. En 2008 llegó a las tiendas el primer disco de Adele, una joven londinense que se había enamorado de la música con las Spice Girls, la generación anterior de reinas inglesas.
Adele (1988) había estudiado en BRIT School for Performing Arts & Technology, la prestigiosa escuela londinense de donde han salido las últimas estrellas de la música inglesa. Allí había cursado estudios la propia Amy Winehouse, o los chicos de The Kooks. Adele compartió aulas con Leona Lewis y Jessie J. "Mi escuela de secundaria era bastante dura y tenía como principal ambición que las alumnas no nos quedáramos embarazadas. No estimulaban precisamente, por eso me enrolé en Croydon", explicaba la cantante en una entrevista. El éxito de las tres composiciones que colgó en Myspace la llevó a firmar su primer contrato discográfico con 18 años.
Adele y Sarah Palin
En enero de 2008 llegaba a las tiendas 19, un disco marcado por una delicada mezcla de estilos que cautivó a crítica y público, una aproximación al soul con guiños al jazz, pero cercano al pop que hablaba del amor y de las relaciones sentimentales. Adele se presentó con acierto en sociedad. Tras el éxito de su primer trabajo la chica se independizó, dejó de beber y comenzó a planear el salto a EEUU. Éste finalmente se produjo en octubre de 2008. Adele apareció en Saturday Night Live la noche en la que la principal entrevistada era Sarah Palin. El programa alcanzó su mejor audiencia en catorce años y Adele enamoró al público estadounidense. Un año después de su publicación, el primer disco de la joven cantante había vendido dos millones y medio de copias en todo el mundo y Adele se llevaba a casa dos premios Grammy, en los Brit Awards la gran vendedora de ese año sería Duffy. Esa sería la última derrota de Adele.
En febrero de este año llegaba a las tiendas 21, su segundo disco. Inglaterra perdería a Winehouse en julio, pero la gran diva del soul llevaba demasiado tiempo alejada de los focos y las listas de éxitos buscaban una reina que la comandase con mano dura. Esa sería Adele. En su primera semana en las tiendas se despacharon más de 200.000 copias del disco, tanto como vendió en todo el 2010 el álbum de más éxito en España. En pocos meses el segundo trabajo de Adele alcanzaba el primer puesto de la lista de ventas en dieciocho países y desde entonces no ha dejado de superar récords y marcas históricas de ventas. El tremendo éxito de 21 devolvió a su predecesor a las listas. Sus conciertos lucían carteles de “entradas agotadas” y todo el mundo se rendía a su voz y al giro musical que dio en un segundo trabajo más próximo al country y a la música de raíces estadounidenses. Adele se había convertido en un fenómeno global, en la artista del año. El diciembre de 2011 el disco había venido cuatro millones y medio de copias en todo el mundo. Los tres millones y medio de copias vendidas solamente en Inglaterra le supuso a la artista convertirse en la cantante más exitosa del siglo XXI y a 21 entrar en la lista de los diez discos más vendidos de la historia en Reino Unido.
El éxito de esta chica de voz potente fue una alegría en una época de malas ventas y piratería. "Me parece fantástico que en una época en que la gente ha dejado de comprar discos suceda esto. Buena voz, buen pop que no es superficial y que no vende por lo guapa que es. Es algo inesperado y todos ganamos con ello”, explicaba en una entrevista Freddie Cowan, guitarristaa de The Vaccines, la banda revelación del rock británico.
Las letras de Adele reflejan su forma de ver el amor y las relaciones, un punto de vista que ha evolucionado en estos tres últimos años. “Escribir canciones es una forma de terapia barata. No se me da muy bien explicar cómo me siento en conversaciones cara a cara, siempre he preferido escribirlo, desde niña”, explicaba la chica en una entrevista. “Espero que si un día escribo un disco feliz la gente no diga que prefería mi música cuando era miserable”, añadía.
Problemas de salud
A principios de octubre de 2011 se cancelaba la gira mundial de Adele, unos días después anunciaba en su blog que padecía una grave infección de garganta que la apartaría un tiempo de la carretera. La gira más esperada de la década se cancelaba poco después de empezar.
El ocho de noviembre se confirmaba que la operación había salido bien. Se trataba de una operación de microcirugía para detener el sangrado de un pólipo benigno de sus cuerdas vocales. “Esta dolencia está provocada por la existencia de vasos sanguíneos inestables en la zona de las cuerdas vocales, que pueden llegar a romperse”, explicaba su representante. La artista que estaba salvando a la industria musical británica tenía que parar. Después de unas semanas de reposo se espera que Adele reaparezca a principios de 2012, mientras tanto sus seguidores han tenido que conformarse con Adele at Royal Albert Hall, un directo desde el mítico escenario londinense. El 2011 se escapa apurando sus últimos días, espera el 2012, el año en el que Adele debe confirmar un reinado que en 2011 ha sido incuestionable.
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