Las críticas de 'La Script'. Zombies, parados y directores codiciosos que venden su alma al diablo
A la defensiva. Así se comportó el director David Fincher en las entrevistas de promoción de la semana pasada en Madrid: “No me importa que piensen que a este trabajo le falta imaginación”. En una conversación con seis periodistas, Fincher soltó una retahíla de justificaciones, con tono agresivo, que dejaban clara su postura ante esta película que firma él... y que no aporta gran cosa a la que hizo en 2009 el realizador danés Niels Arden Oplev.
La factura visual es impecable y Fincher es un director con talento indiscutible, que sin embargo no ha encontrado un ángulo personal para este thriller que está destinado al gran público americano que no ha visto la película sueca. Daniel Craig también solventa con oficio (pero sin pasión) su interpretación del periodista Mikael Blomkvist y la desconocida Rooney Mara, que aparecía fugazmente en La Red Social de novia de Mark Zuckerberg, lleva con dignidad los piercing y la cresta de Lisbeth Salander. Sorprende la falta de riesgo en un director de la talla de Fincher, y le sobran minutos de metraje a este thriller que salta al cine por segunda vez con la única intención de hacer dinero.
Después de su agitado paso por la presidencia de la Academia de Cine, Álex de la Iglesia aceptó el encargo de dirigir la historia de un parado que decide sacar provecho de su propia desgracia y convierte en espectáculo mediático su accidentada crucifixión. La elección de José Mota, en su debut para el cine y además en un papel trágico, es uno de los aciertos de esta película seca y concisa.
'La chispa de la vida' no sólo se limita dar patadas a la televisión basura, no se queda en una crítica al sistema, sino que apunta al ciudadano y espectador, a una víctima humillada del paro y la explotación que se brinda a consumir inmundicia en la tele y además vende su sufrimiento para sacar su ración de la tajada. Nadie es inocente.
Se echa de menos la orfebrería cinematográfica y el barroquismo habitual de De la Iglesia, pero funciona el entramado dramático. La improbable pareja de Mota y Salma Hayek sostiene y da humanidad a una situación alambicada que sale triunfante del disparate y recobra la, ya olvidada, dignidad.
Detrás de la careta del zombi siempre asoma una crítica política. George A. Romero dejó así clara su postura contra la guerra de Vietnam en La Noche de los Muertos Vivientes, y los muertos de The Walking Dead nos recuerdan que la crisis actual nos está dejando sin horizonte. Que los disidentes cubanos sean zombies es lo último que se podría esperar el Comandante Castro. Pues aquí están.
En 'Juan de los muertos', un grupo de buscavidas habaneros se disponen a sacar unos pesos gracias a una invasión de cadáveres de desarrapados. Lo que podría ser una de zombis del montón, se convierte en un auténtico festín de humor caribeño. Los diálogos son dardos bien afilados que dan en la diana sin hacer más aspavientos: “Me quiero ir al carajo de aquí a dar la vuelta al mundo. Si me preguntan de dónde soy, diré que de Cuba. Si me preguntan qué es Cuba, diré que diré que una isla socialista del Caribe. Si me preguntan qué es socialismo, les diré que un sistema instaurado por Fidel Castro hace 50 años. Si me preguntan quién es Fidel Castro, me quedo a vivir allí para siempre”.
Risas aseguradas e ironía fina que el joven director Alejandro Brugués trae consigo y pareciera que abre una maleta antigua, llena del viejo espíritu de la picaresca. Un placer.
Si algo podemos decir de 'La hora más oscura' -la cuota más adolescente y rebosante de adrenalina del fin de semana- es que tiene una factura visual irreprochable. Unas semanas después de ver estallar el Kremlin tras las correrías de Tom Cruise en 'Misión Imposible 4', Hollywood regresa a la Plaza Roja para retratar un Moscú fantasmagórico, derruido, oscuro y en 3D, que sufre la invasión de unas extrañas criaturas del espacio. Pero antes de revisar otros aspectos... reiteramos que la película es visualmente muy agradable -no obstante el director es Chris Gorak, el director de arte de 'El club de la lucha' o 'Minority Report'. Otra cosa son las interpretaciones o el guión.
Como decíamos, la Tierra -la película se centra en Moscú- sufre la invasión de unos seres alienígenas invisibles que se alimentan de energía, y que desintegran a todo ser vivo que osa cruzarse en su camino. Esta base argumental no es nada novedosa, ya hemos visto muchas invasiones... y muchos grupos de adolescentes que se conocen fortuitamente y mueren uno a uno a manos de los seres galácticos. A la cabeza del grupo se encuentra Emile Hirsch, uno de los jóvenes actores de Hollywood que está consiguiendo hacerse un hueco en más y más carteles [próximamente estrenará la última película de William Friedkin, el director de 'El exorcista']; a su lado, un discretísimo Max Minghella [el fiel compañero de Jesse Eisenberg en 'La red social'].
'La hora más oscura' será uno de los taquillazos de la semana, pero no aporta mucho a la larga ristra de catástrofes que vemos desfilar por la pantalla grande.
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