Mini historias de vidas ejemplares
A lo largo de la semana Martí Gómez ha recogida unas mini historias que, con un deje de sarcasmo, define como vidas ejemplares.
Empecemos por la solidaridad de grupo.
Los bancarios ofrecen la imagen de vidas ejemplares. Solidaridad de tribu. Altísimos salarios, prejubilaciones, consejos de administración, bonos que se reparten ente ellos como casta especial. ¿Es compatible la prejubilación de Goirigolzarri, 58 millones de euros, con los 600.000 euros que percibirá ahora por gestionar el dinero que nosotros pagaremos a Bankia para que no se hunda? ¿Está Rato mal pagado con el 1.2000.000 euros que recibirá por dejar Bankia, amén de lo que debe percibir por otros conductos? Vidas ejemplares las de estos bancarios que, personalmente, salen indemnes de todos sus fracasos. Está el origen de la crisis de Bankia en la absorción de Bancaja y el Banco de Valencia? Si así ¿nadie se dio cuenta de que su presidente, José Olivas, ex asesor de la patronal del juego, era un inútil como gestor? Gris, listo para medrar, adulador, puso Bankia y Banco de Valencia no al servicio de sus clientes sino de los negocios e intereses del Partido Popular. El novelista Ferran Torrent me dijo hace años que en un país en el que triunfa Tómbola no es extraño que gobierne el PP. Podría gobernar Berlusconi. ¿Estado actual del espíritu de Fernández Ordóñez tras liderar el Banco de España a lo largo de la crisis? Bien, gracias.
Seguimos con una historia de amor filial.
El caso del ladrón de joyerías que puso una tienda a su madre para que esta vendiese las alhajas robadas. Ente los delincuentes suele darse gran apego a las madres. Xavier Cugat me contó un día que trabajando en el garito que Al Capone tenia en Chicago conoció a su lugarteniente, hombre serio que no mataba nunca a partir de la seis de la tarde porque le esperaba en casa su madre para rezar juntos el santo rosario. Según Cugat, el propio Al Capone quería mucho a su madre. "Mamá siempre me dice que trabajo demasiado y yo le digo que lo hago por ella, para que viva bien. Tienes que venir a casa y probar los espaguetis que hace mamá", le decía a Cugui, que Al Capone le llamaba Cugui. Conmovedoras historias de amor filial. Por eso el bolero dice dame el rosario de mi madre y quédate con todo lo demás.
Pasemos a una mini historia de calado socio-político.
Hace años, ante el escándalo económico que implicaba a un juez un sensato delincuente, El Orteguita, me dijo: "Si los jueces no funcionan esto acabará mal, señor Martí", que siempre me llamó señor. Los gastos de Carlos Divar, por ahora presidente del Supremo y del consejo del Poder Judicial, dejan regusto amargo. ¿Por qué el vocal del Consejo, Gómez Benítez, ha presentado una denuncia ante la fiscalía? ¿Le advirtió previamente a Divar que lo iba a hacer? ¿Está detrás la sombra alargada de Garzón? La tranquilidad que exhibe Divar ¿es real o aparente? ¿Es real o aparente la tranquilidad del Consejo, aferrados sus vocales a la idea de que el tema es un asunto personal de Divar, que no afecta a la institución? Lo único cierto, Montserrat, y así me lo ha dicho un vocal del Consejo, es que sea a su cargo o al de la institución el despilfarro de Divar quizá no sea delito pero sí es, ética y estéticamente, un caso que ofende en tiempos de penuria para mucha gente, de crisis para la mayoría. "Esto acabará mal", volvería a decir El Orteguita, amante del orden.
Para terminar, una historia de fidelidad a la amistad.
Al lamentable espectáculo que están dando Urdangarín y su ex socio Torres acusándose unos a otros y tratando de llegar a un pacto de conformidad con los fiscales para no ir a la cárcel se contrapone la historia vivida el martes en la puerta de una sala de justicia de Barcelona. Esperaban juicio dos jóvenes drogadictos acusados de un robo. Les piden tres años de cárcel. El abogado de uno de ellos le dijo al otro acusado: "Como tienes antecedentes y mi defendido no, te comes el delito, vas la cárcel y él queda absuelto". Para perplejidad del abogado su propio defendido le dijo: "Oiga jefe, el colega es mi amigo, el robo lo cometimos los dos y si él va al trullo yo voy con él porque la amistad está por encima de todo". Mateo Seguí, abogado del chico con antecedentes, me contó la historia y la comparó con la miseria que exhiben Urdangarín y Torres. Dijo: "Todavía hay clases".




