Telegrama de Miguel Ángel Aguilar al Papa Benedicto XVI

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Beatísimo Padre, la visita que hoy comienza al Líbano es una prueba de entrega valerosa a su tarea de Buen Pastor, empeñado en la tarea de cuidar amorosamente de las ovejas de su rebaño, en especial ahora que los cristianos están zarandeados en algunos de los países árabes de Oriente Medio. Nada sustituye el contacto personal sobre el terreno y este viaje confirma que Su Santidad no se concede descanso sin compadecerse de su avanzada edad. En la apartada orilla libanesa, comprobará que se respira mejor que en el Vaticano infectado de conspiraciones. Es urgente desactivar la violencia religiosa e idear el uso pacífico de las energías monoteístas.




