El caso del pulmón agradecido: El caso de Irán
Diferentes fuentes identifican varios países como lugares de compra y venta de órganos, donde los donantes vivos reciben una compensación monetaria por su donación. Entre ellos figuran Irán, Pakistán, Egipto, la India y Filipinas.
El caso iraní es particular y su sistema eliminó la lista de espera para trasplante renal desde 1999. El diario británico The Guardian realizó un reportaje señalando que los alrededores de los hospitales se han llegado a convertir en una especie de "eBay del riñón". Según este medio, en las paredes o los postes de luz de las afueras de los hospitales se encuentran variosanuncios, ya sea en papeles adheridos a la vía pública o escritos con pintura, que ofrecen un riñón, muestran el tipo de sangre y elnúmero de teléfono. "Se vende riñón", "Atención, atención, un riñón sano en venta", son algunas de las frases de estos anuncios publicados por personas que en su mayoría tienen entre 20 y 30 años, según el director de la Charity Association for the Support of Kidney Patients (CASKP), Mostafa Ghassemi, que valora que de esta manera, el país no sufre escasez de dicho órgano para trasplantes y se han eliminado las listas de espera, mientras en Estados Unidos más de 30 mil pacientes han muerto desde 1999 esperando un donante de riñón. Sin embargo, Irán se ha vuelto escenario de una dura competencia por la compra y venta. Cada riñón es vendido por entre 4.000 y 7.000 dólares, de los cuales una parte es pagada por el paciente receptor y otra por el Estado, mientras que a nivel global en el mercado ilegal su precio alcanza los $160.000.
Un informe del CATO Institute evaluó su sistema de compra-venta. El mercado está fuertemente regulado, y solo los ciudadanos iraníes pueden ser compradores o vendedores de su riñón. Para los pacientes que entran en diálisis, primero se buscan donantes vivos emparentados al paciente. En caso de no hallárselos, deben pasar 6 meses en una lista de espera para recibir un riñón de un donante cadavérico. Pero si a los 6 meses no consiguen un riñón, se permite la compra. Se subraya en el informe que los vendedores de riñón reciben la misma información y se mueven en el mismo marco que los donantes vivos que no reciben compensación alguna por su donación. Son asesorados por médicos nefrólogos y cirujanos, y el equipo médico puede vetar la ablación si se considera que puede causar un gran deterioro a la salud del vendedor. Si la venta se concreta, el estado iraní paga US$1200 al vendedor, y le ofrece un seguro de salud por un año después de la cirugía. El receptor paga otra suma adicional, afrontada en forma privada o a través de organizaciones caritativas si el receptor no tiene los medios. Las sumas de esta parte rondan entre los 2300 y los 4500 dólares.
El marco de regulación de la venta permite que los vendedores tengan acceso a la información necesaria, y a cierto tipo de cuidados después de la ablación. Ofrece la seguridad para el receptor de que se buscan órganos compatibles de vendedores libres de enfermedades transmisibles. Pero la falta de seguimiento de los vendedores después del año pone en duda la evolución de su salud. Se desconoce el impacto que tiene la ablación a largo plazo, pero un boletín de la OMS cita algunos trabajos independientes que constatan deterioros en la salud y en el estatus socioeconómico a largo plazo entre el 58% y el 86% de los vendedores.
