Telegrama a Alberto Fabra

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Muy Honorable Presidente de la Generalidad de Valencia, nada que oponer al contrato con su personal coach, ni al de otros personal assistant o personal training, que tan admirable labor física hicieron con el presidente Aznar hasta esculpir su torax como tableta de chocolate. Pero los gastos de todos esos asistentes deben correr por cuenta del asistido beneficiario y en modo alguno pagarse con fondos públicos. Esas contrataciones secretas son un atentado al contribuyente y desmoralizan al ciudadano. Basta ya.




