La armónica venenosa de Daddy Long Legs
La banda, que partió siendo un dúo de armónica y guitarra, adquirió una nueva dimensión cuando Josh Styles introdujo la batería al sonido del grupo. Pero es Daddy Long Legs, el armonicista que da nombre al grupo, el pulmón que da ese punto de locura al trío. “Tocar la armónica es un arte perdido”, comenta el músico al Village Voice. “Pero gracias a eso he podido tocar y grabar con muchos de mis héroes como Lenny Kaye, Andy Shernoff, Roy Loney o Cyril Jordan”, añade. Daddy llegó a la armónica por soledad tras llegar a Nueva York desde St. Louis siendo apenas un chaval y de aquello surgió una relación muy personal, una forma de entender la música que, como apunta el propio interprete, se está perdiendo en el tiempo. El grupo se presenta vistiendo con elegancia, limpios antes de la tormenta de blues y garaje que empapa sus chaquetas de sudor, un sudor que es parte de la forma de hacer música de este trío de chavales capaz de traer de vuelta el blues a Brooklyn. En la cuna de la música neoyorquina, la armónica, gracias a Daddy Long Legs, vuelve a tener protagonismo.
