¿En qué manos estamos?

Es miércoles 16 de octubre, uno de esos días que permiten preguntarse ¿en qué manos estamos?, ¿qué han hecho con la política algunos de los que se dedican profesionalmente a ella?. En Estados Unidos siguen sin acuerdo cuando faltan 22 horas para entrar técnicamente en suspensión de pagos. Los republicanos, atrapados en su estrategia del todo vale con tal de tumbar a Obama y su reforma sanitaria, están tan divididos que ni siquiera se atreven a llevar a votación sus propias propuestas. A lo largo de la madrugada se han ido suspendiendo todas las votaciones anunciadas y aunque Obama era anoche relativamente optimista: "Confío en que esto se resuelva", decía Obama en una entrevista. Todo apunta a una negociación dramática en el último minuto y una votación que puede fracturar al Partido Republicano. Y todo esto para una solución provisional, que autorice fondos al gobierno para solo unos meses. Una situación de debilidad, de inestabilidad política que ya tiene su correspondiente aviso en los mercados. La agencia Fitch ha puesto ya en revisión negativa la deuda de Estados Unidos.

Y aquí, en España, el Ministerio de Hacienda prepara una respuesta pormenorizada a la lista de agravios que ayer presentó el gobierno catalán y que incluye desde las inversiones ferroviarias pendientes hasta el dinero que cuestan aplicar los cambios legales que aprueba el gobierno central, pasando por presunta falta de neutralidad del presidente del Constitucional o la falta de apoyo para que se utilicen en las Cortes todas las lenguas del Estados. Agravios que suman un total de 9.375 millones de euros. La lista incluye seguramente reivindicaciones razonables mezcladas con otras oportunistas pero que presentadas todas juntas y bajo semejante epígrafe -lista de agravios- no hace sino caldear un clima ya muy caldeado. A las 9 escucharemos en directo al presidente del Gobierno en la sesión de control. Le pregunta Durán Lleida, claramente distanciado de las tesis más independentistas del Govern, así que esta mañana el interés está tanto en la respuesta como en la pregunta.