El Olympiacos es demasiado para Unicaja

El Unicaja llegó al Pireo con equipo y plantilla por estrenar. Su repaso al Estudiantes en la liga doméstica podía ser una guía algo sobredimensionada. Grecia era la prueba definitiva para establecer las expectativas reales de esta renovada plantilla, con un gran director a bordo como Joan Plaza. Los malagueños dieron buenos síntomas, incluso dominaron, pero se vinieron abajo en un último cuarto en el que pagaron su escaso rodaje.

Desde el principio quedó demostrado que el equipo malagueño puede aspirar a cotas más altas que las logradas la temporada pasada. Tan solo su historia en la competición europea, que le otorga por defecto la 'licencia A', impidió al equipo andaluz quedarse fuera de la presente Euroliga. Todo tras una temporada fuera del play-off para luchar por la liga, con un paupérrimo noveno puesto.

Granger y Dragic saltaron a la cancha sin complejos y comandaron la primera oleada del equipo español. El base uguruayo celebraba así su debut en la máxima competición europea y el escolta esloveno continuaba su enorme racha que ya dura desde el Eurobasket. Los de Plaza además se imponían por fuerza y centímetros en las dos zonas siendo los dominadores del juego.

Después de un primer cuarto que finalizó cuatro arriba para los visitantes, solo los destellos de calidad del último MVP de la competición, Spanoulis, permitían subsistir a los helenos. Sin embargo, los tapones de Fran Vázquez y un triple sobre la bocina de Calloway distanciaron al Unicaja siete puntos arriba (26-33) al descanso.

La reacción del último campeón de Euroliga era inevitable y más en su feudo. Los griegos no podían permitir que un equipo, a priori inferior, como el Unicaja les dominara de esa manera. Tras cinco puntos seguidos de Caner-Medley en los que se alcanzó la máxima ventaja visitante (26-38) llegó el empuje de los Printezis, Sloukas y compañía. La chispa griega había prendido, podía sofocarse o pasar a ser un incendio.

Plaza respondió con un tiempo muerto sanador. Paró en seco la sangría en forma de parcial de 9-0 y asentó los cimientos de su equipo. Una penetración de Vidal y un triple de Hettsheimeir colocaron de nuevo al equipo español a una distancia prudente. Pero para entonces los griegos ya habían encontrado el camino para hacer daño a los españoles y con tres triples seguidos ajustaron (44-45) el resultado con un cuarto por jugarse.

Último parcial y las cosas se pusieron aún más complicadas. El Olympiacos se colocó cinco arriba. Era la ocasión de demostrar madurez quizás en un momento demasiado prematuro de la temporada. Pero el equipo español se desmoronó como un castillo de naipes. Cada canasta era un golpe a la moral verdiblanca, incapaz de resolver la situación. Las pérdidas, muy limitadas en el resto del encuentro, se tornaron en una constante que sepultó las opciones del Unicaja. El equipo español utilizó la bala que le quedaba en la recámara pero ya era demasiado tarde para poner en juego la victoria griega (69-61). Los locales demostraron con su control de los últimos minutos el por qué son candidatos de nuevo al título.

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