La España fea

¿No les ha ocurrido nunca eso de mirarse al espejo cuando salen de casa y que esa imagen les marque el día? O por el estado de ánimo, o por la forma de vestir, a lo mejor la tarde anterior se habían cortado el pelo, o vaya usted a saber por qué. Ese fogonazo puede condicionar el día para bien o para mal.

Bueno, pues España sigue sin pasar con buena nota esa prueba del espejo, al menos en algunas cuestiones fundamentales. Si nos miramos como país, la imagen que nos devuelve ese espejo incluye un suspenso en materia educativa porque a pesar de alguna leve mejora, el último informe PISA nos mantiene en el puesto 25 de los 34 de la OCDE.

Y además con una brecha muy preocupante que crece: la de la desigualdad, que lleva camino de convertir en pura quimera aquello de la igualdad de oportunidades. Además acumulamos otro suspenso, sin paliativos, en materia de corrupción. Retrocedemos 10 puntos en un año, según datos de Transparencia Internacional, al tiempo que avanza la percepción social sobre esta lacra.

Y ya sólo faltaba para completar el cuadro que desde el Consejo de Europa disparen con bala contra la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, esa que pretende reprimir a golpe de multa cualquier atisbo de protesta y que resucita el etéreo concepto de "ofensas a la patria".

Resumiendo: que no está España para muchos piropos.

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