Nick Cave and The Bad Seds: la sabia madurez del ‘frontman’ más elegante
Pasaron cuatro años de silencio tras el decimotercer trabajo de la banda australiana y el siguiente. Durante ese tiempo Cave firmó su novela ‘La muerte de Bunny Munro’ (2009) y metió al grupo en la nevera para dar rienda suelta al salvajismo sonoro que definió a Grinderman, la banda que formó con las mismas caras pero con distinto nombre.
La nueva formación editaría dos álbumes homónimos en tres años antes de desaparecer a finales de 2011. Grinderman fue una decisión inteligente para quitarse presión, para desasociar su nombre de un sonido y para liberarse de todas las normas autoimpuestas a lo largo de los años. Grinderman era un caballo desbocado corriendo en llamas, una colección de canciones crudas, rudas y oscuras que conquistaron a público y crítica elevando el reconocimiento de Cave que tan pronto escribía novelas como hacía cine o recitaba una poesía salvaje entre un ruido atroz y caótico.
Entre los dos álbumes de Grinderman, Cave retomó el viejo nombre de su banda para regresar en 2008 con el aplaudido ‘Dig Lazarus, Dig’, un álbum que se coló entre lo mejor de aquel año y que mostraba la madurez de una banda que había sabido alejarse de sí misma para volver con nuevos aires y más fuerzas. A pesar de ello todavía quedaba un nuevo giro en el destino de The Bad Seeds como fue la salida Mick Harvey, compañero desde hace 30 años de Cave. Harvey alegaría ganas de pasar más tiempo con la familia y desavenencias sobre los arreglos musicales de la banda. Aquella salida pondría a prueba al cantante. Hasta ese momento el australiano había tenido la capacidad de pararse y renovar el proyecto, el sonido, las ideas. Ahora, ante esta nueva baja, Cave debía volver a demostrar su liderazgo y la capacidad de su grupo para seguir ofreciendo nuevas vías. “Me he pasado casi toda mi carrera alienando a mis fans. Soy buenísimo en ello”, explicaba en una entrevista a ‘El País’. “Cada vez que saco un disco, la principal intención es hacerles volver a la casilla de salida. Me gustaría pensar que les obligo a replantearse por qué son seguidores de mi música. Sé que Grinderman puede haber molestado a algún fan, y eso me provoca gran placer. Molestar a la gente a quien no gustas no tiene mérito, cabrear a tus seguidores es genial”, añadía el músico.
La última entrega de la banda resulta hipnótica, llena de matices, de ruidos entrelazados que brotan con fuerza como algo cohesionado. El álbum, a pesar de todo, dividió a la prensa entre los que echaban de menos la “química que aportaba Harvey” y los que aplaudieron la frescura del trabajo. El nuevo disco llevó a la banda a la carretera y a los festivales más importantes del mundo. Su actuación en el Primavera Sound de Barcelona y Oporto dejó buena muestra de la fuerza de estas canciones en directo y temas como ‘We no who U R’, ‘Jubilee Street’, ‘Mermaids’ ‘We real cool’, ‘Push the sky away’ o ‘Higgs boson blues’ demostraron que lo nuevo del australiano y sus amigos ganaba sobre las tablas. Eso mismo ha debido pensar la banda que a finales de noviembre editaba ‘Live from KCRW’, su cuarto disco en directo y el primero tras las salidas de las cuerdas y en el que el violín de Warren Ellis asume un mayor protagonismo. El directo de Cave y sus chicos indaga todavía más en esa oscuridad y aporta curiosas soluciones a temas como ‘Higgs boson blues’. El sonido es todavía más rudo que en el álbum, más directo e íntimo y durante algunos compases, con los cascos puestos, parece que el australiano canta solo para ti y que sus músicos están en tu cabeza rasgando sus instrumentos. El resultado es fascinante y viejas canciones como ‘Far from me’ o la genial ‘The mercy seat’ vuelven a nacer más pausadas e inquietantes.
‘Live from KCRW’ se grabó en una emisora de radio de California cuando la banda se encontraba en EEUU para tocar en el festival de Coachella, en el ecuador de una gira que les ha llevado por medio mundo. La entrega en directo, la cuarta de su carrera, recorre varios de los temas de ‘Push the sky away’ demostrando que Cave le tiene cariño a este álbum, un disco distinto, tremendamente oscuro y personal que crece con cada escucha, que gana en soledad y que demuestra que Nick Cave es uno de los ‘frontman’ más intensos, elegantes y carismáticos de los últimos tiempos, un artista capaz de parar el tren y coger otras vías para a la postre volver a la vieja ruta pero con nuevo destino.
FOTOS: Nick Cave en directo: EFE | Cave en el estudio: Nickcave.com




