Después de la tormenta el alma se serena

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Las tormentas que han asolado mi tierra, Tenerife y otras islas occidentales canarias, me han devuelto la infancia, cuando abundaban las torrenteras y los truenos y los relámpagos presagiaban, para el miedo de los niños, el fin del mundo. Después de la tormenta venía la extraordinaria claridad del cielo canario, pintado con la pasión de la serenidad y de la belleza. Así es la vida, después de la tormenta el alma se serena. Pienso que quizá este país está en medio de una tormenta que empieza con una pregunta y quién sabe si terminará con la calma.




