Huele a podrido

Cuando algo huele que apesta, es posible que todos hayamos tenido la tentación de pensar "mira, mejor no haberlo olido. O no haberlo sabido". Pero es una tentación pasajera, porque ¡mira que es importante la información!

Hoy hablamos de los miles de mensajes que se han conocido de Miguel Blesa, del expresidente de Cajamadrid, que afectan entre otros a José María Aznar y, lo que es más llamativo, también a su hijo mayor. Se trata de una muestra muy gráfica, muy útil de cómo a determinados niveles el dinero, la política, las influencias, los favores, los tejemanejes, se mezclan de tal manera que no hay fronteras ni líneas que separen nada: es, simplemente, poder.

Por ese poder Aznar colocó a Blesa al frente de Cajamadrid, sin que éste tuviera otro mérito conocido que haber sido compañero de clase. Y por ese mismo poder intentó después embarcarle en una operación de compra de arte que al final desde la propia caja consiguieron abortar por disparatada. Y es ahí donde aparece el primogénito del expresidente, José María Aznar Botella, enviándole un mensaje al amigo de papá. Afeándole su conducta de la siguiente forma: "con los pelos que se ha dejado él por ti, lo que has hecho es impresentable".

¿Se imaginan ustedes cómo deben funcionar, o funcionaban, las cosas, las relaciones a este nivel para que el hijo de alguien, por mucho que sea este alguien, se entrometa en ese tono, con millones de euros en juego, con el presidente de una caja? Casualmente de la entidad que ha provocado después el mayor agujero financiero de esta crisis en España. Pues nada, lo dicho, que da todo mucho asco, y que huele muy mal.

Pero mejor sufrir de pestilencia que de ignorancia.