Así estamos, haciéndonos cruces

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Le dijo anoche Muñoz Molina a Évole en La Sexta que la Iglesia no debe interferir en la vida pública. Así es. Cada día hay ejemplos de esa interferencia religiosa en los hechos cotidianos, como si el Estado hubiera sido incapaz de cumplir su obligación democrática de mantenerse aconfesional y laico. Franco usó los privilegios de la Iglesia y ésta se aprovechó hasta el infinito y más allá. Lo que pasa ahora con la ley regresiva del aborto es un aspecto más de esa influencia. El Gobierno ha oído más a Rouco que a la vida. Y así estamos, haciéndonos cruces.




