Insultadores amparados por pseudónimos

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La lesión padecida por la canciller Ángela Merkel mientras esquiaba convocó ayer un cúmulo insultante de tópicos en las redes sociales. Lo más zafio que se dice en las barras de los bares sobre el dolor ajeno se pudo leer por esos muros. Esa burla retrata, sin duda, a los insultadores generalmente amparados por los seudónimos. Pero no vino sólo amparada por esa cobardía: reputados comunicadores que reclaman nobleza en los otros, sumaron alegremente sus firmas a esa bazofia. Y aún dirán que eso es libertad de expresión.




