Asie Payton, el último granjero del blues
La de Payton fue una vida sencilla, sin calefacción, ni agua caliente, sin apenas dinero, sin grandes necesidades. Asie era un tipo de placeres baratos, algún trago, un rato con su mujer Mary y un poco de blues, una música que había estado presente en su vida desde la niñez. El blues rural del Misisipi no era un negocio, era un pasatiempo en un lugar en el que había poco que hacer. Aquellas canciones, transmitidas de padre a hijo, eran juegos musicales para noches oscuras de viento, para jornadas largas en el campo, para horas muertas esperando a que la tierra se secase para pasar el tractor. Pero la verdad es que a Asie Payton no le gustaba alejarse mucho de su casa y quizá por ello su carrera musical se quedase en nada, puede que eso, tener un carrera, le importase tan poco como el nombre del presidente de su Estado. Payton vivía del campo y eso era su principal preocupación. Sembrar en el momento preciso, recolectar en el idóneo y cuidar la tierra.
Editar 'Worried' no sería fácil y llevaría su tiempo a la gente del sello de Misisipi, que tardó dos años en juntar el dinero necesario para publicar el disco en buenas condiciones.Payton nunca lo vería, tampoco le debió importar demasiado. Asie Paton era un hombre de pueblo, un granjero que tocaba en sus ratos libres, en los días lluviosos en los que no podía trabajar. Un día registró una treintena de canciones que darían forma a su álbum póstumo, a su legado musical, a su blues rural. Sus canciones podrían no haber sido escuchadas pero los chicos de Fat Possum se empeñaron en grabar su música, su peculiar forma de entender el blues. Ahora ‘Worried’ se puede comprar en las tiendas y Payton descansa en el cementerio de Holly Ridge junto a su mujer, a escasos metros de la granja en la que trabajó durante sesenta años.




