La mirada de Soledad: "Mejor confiar en la presión externa"

No es muy prudente confiar en que el debate interno del Partido Popular termine por reflejarse en un cambio importante en la nueva ley del aborto. No sería la primera vez que los dimes y diretes en el seno del PP han servido como pura distracción y se han disuelto como un azucarillo cuando ha llegado la hora de votar. No sería la primera vez que un proyecto de ley ampliamente criticado termina aprobándose en el Parlamento idéntico a como salió del Consejo de Ministros.

Es cierto que, en este caso, debe haber un buen puñado de dirigentes del PP que recuerda que hay elecciones a la vista y que los populares nunca han conseguido ganarlas sólo con su núcleo duro, sino que han necesitado centenares de miles de votos que se podría calificar de prestados.

Aún así, si se quiere impedir que la nueva ley del aborto salga del Parlamento prácticamente sin cambios, lo mejor sería no confiar en los debates internos del PP y mantener una fuerte presión externa. Esta es una ley que puede acarrear un enorme sufrimiento a muchas mujeres. No se trata sólo de volver a introducir el supuesto de la malformación del feto, como insisten algunos portavoces populares, sino, sobre todo, de impedir que los tramites se alarguen y compliquen. Esa es la peor de las trampas posibles, lo primero a lo que hay que estar atento.