Corazón contra cabeza

Dos entrenadores con tantas cosas en común que si en algo tenían que diferir es en su forma de ver el fútbol. Dos exinternacionales con Argentina que han salido campeones en su país como entrenadores se miden en un duelo que cruza el Atlántico para hinchar el pecho de sus compatriotas, orgullosos de ver como un porteño y un rosarino dirigen a los líderes de la Liga

A pesar de acumular centenares de partidos en Argentina como jugadores y como entrenadores, el azar ha hecho que el Cholo y el Tata no se encontraran hasta llegar a España. Diego Pablo Simeone (Buenos Aires, 1970) hará de anfitrión por primera vez en Liga para recibir Gerardo Martino (Rosario, 1962) en un partido que determinará que equipo es campeón de invierno y quien coge un poco de ventaja en la dura batalla prevista para ganar la Liga.

Ambos técnicos han hecho de sus equipos la viva imagen del Cholo y del Tata futbolista. El Atlético es un equipo más salvaje mientras que el Barça es un conjunto más frío. Los colchoneros pelean por encontrar el gol, los culés evitan el combate y buscan el camino que lleve a la red.

El Cholo ha creado en el Manzanares un equipo que es un espejo de su carácter, el Atlético es compromiso, lucha, garra y dejarse en el campo todas las fuerzas. El estilo es secundario, casi residual. Da igual que el Atlético reniegue de la posesión y busque salir a la contra o que domine los partidos de principio a fin. Los resultados avalan el método de Simeone, que ha convertido al 'Pupas' en un candidato a ganar la Liga en solo dos años.

Precisamente todos estos adjetivos cambian por completo al referirnos a su rival, el Tata Martino. "Sereno, analítico, en ocasiones paternalista con el jugador, honesto en la autocrítica, enemigo de los dobles discursos", así define el exfutbolista Diego Latorre el carácter de Gerardo. Durante estos meses en Barcelona Martino ha demostrado tener mucha paciencia para aislarse del eterno debate del estilo del Barça. Sin armar 'bronca', el Tata aterrizó en Barcelona consciente de que era él el que debía adaptarse al equipo y no el equipo al Tata. Algo parecido tuvo que hacer cuando tomó el mando en Paraguay. Amante del fútbol de salón -con el que fue campeón el año pasado con Newell's- Martino decidió jugar al balón largo en busca de dos delanteros grandes para poder optimizar las condiciones de una selección carente de técnica pero sobrada de lucha. "Es camaleónico", dice Valdano, que elogia la capacidad del Tata de acostumbrarse a las plantillas que entrena.

Si el Tata se ha adaptado al Barça, Simeone ha obligado al Atlético a convertirse al modelo que él quiere. El Cholo ha creado un estilo en el Calderón. Su principal virtud es que ha convencido a jugadores como Arda Turan o Villa de que tienen que correr tanto o más que su compañero si quieren seguir en el once. Simeone huye de estrellas y no permite que nadie se acomode.

Lo que no deja lugar a ninguna duda es del éxito de ambos métodos, Atlético y Barcelona firman unos números impecables. Los del Cholo han perdido un partido en toda la temporada y los del Tata han salido derrotados en dos ocasiones.

Como si de música se tratase, el Atlético del Cholo responde a una buena canción de rock, de apariencia anárquica y de sonido peleón que cuando suena bien es una auténtica maravilla para los oídos. El Barça del Tata se acercaría más a una sinfonía coral, que necesita que todos los instrumentos sigan la partitura del maestro -Xavi, Iniesta o Messi- para que el sonido sea excelente.

Guitarras contra violines, pasión contra cabeza, el Cholo contra el Tata, este sábado veremos en los banquillos del Calderón a dos entrenadores argentinos con formas diferentes de caminar por el mundo del fútbol aunque quieran llegar al mismo lugar: la victoria.