El viaje al pasado de Neil Young
El viaje de Young y Demme es un bucólico recorrido por la infancia del músico, por sus recuerdos, por la infancia de un chico que no tardó en abandonar su hogar para vivir la gran aventura musical de los sesenta. La vuelta a esa carretera que une Omemee, su pueblo natal, y Ontario, donde el músico actuó como fin de gira, ofrece el retrato de un hombre maduro que se enfrenta a una etapa lejana que le trae recuerdos escondidos en la memoria. En ese enorme y elegante coche, el músico se siente cómodo, relajado. Los coches son una de las pasiones de Young, su forma de evasión cuando la vida le pesa demasiado, también es el lugar en el que el canadiense escucha música. "En el coche, a pesar de que los altavoces son pequeños, es donde decido si algo me gusta o no. Si suena bien en el coche suena bien en cualquier lado", afirma Young mientras conduce a través del invierno canadiense.
El documental entremezcla escenas de viaje con un directo sobrecogedor en el que Young muestra todos los matices musicales de sus guitarras para construir una unidad sonora que te golpea sin concesiones. El canadiense se sube solo al escenario para recorrer su último disco y algunos de sus clásicos en una actuación brillante que recoge la fuerza de uno de los músicos más brillantes del siglo XX y que muestra su recuperación y los estragos del aneurisma cerebral que sufrió en 2005 y que fue el motivo de la primera colaboración entre el músico y el realizador, aunque su amistad viene de antes. Jonathan Demme ('El silencio de los corderos') contactó el Young para que el músico le compusiese ‘Philadelphia,’ tema que cierra la homónima película de Demme. De aquella colaboración saldría una buena amistad que ha dado lugar a más colaboraciones como ‘The Complex Session’s, cuatro temas en directo de Young que el director grabó antes de trabajar juntos en ‘Heart of gold’, cinta que si llegó a los cines y que se convirtió en uno de los documentales musicales más taquilleros de la historia. En ‘Heart of gold’ Demme y Young planificaron cada detalle minuciosamente. Cuando tres años después se volvieron a juntar para ‘Neil Young Trunk Show’ la idea fue la opuesta: dejarse llevar por la aventura de una gira y mostrar la relación de Young con su banda y su familia musical. En ‘Journeys’ el enfoque volvió a cambiar para mostrar al canadiense en la soledad del coche, la carretera y el escenario, mostrando el lado más personal del músico en su regreso al Massey Hall, un hermoso teatro en el que Young solamente había actuado una vez allá por los setenta.
Si en ‘Heart of gold’ Young demostraba que le quedaba carrete, en este proyecto se comprueba que el guitarrista está en estado de gracia. Young ha recuperado su salud y además está en racha tras celebrar los 25 años de su festival, escribir sus memorias y grabar hace dos años ‘Psychedelic Pill’, uno de los mejores álbumes de 2012. La fuerza y el magnetismo de este artista queda expuesta sobre las tablas del escenario desde el cual el músico repasa su penúltimo trabajo y clásicos como ‘Ohio’, ‘Hey Hey, My My’ o ‘I believe in you’. Un repaso musical grabado desde la cercanía y la amistad. "Ha habido grabaciones de actuaciones legendarias pero esta es especial porque te metes dentro de su sonido de un modo único", explicó Demme en la presentación de la cinta en el Festival de Toronto. ‘Journeys’ es el regreso a casa de Neil Young para presentar su obra en solitario, una actuación que brota con la fuerza de experiencia y de la cercanía, de la intimidad y que construye un relato excepcional de uno de los artistas más relevantes del siglo pasado, un Neil Young que sigue teniendo muchas cosas que ofrecer.




