El editorial de Pepa Bueno: "¿Qué PP quiere ser el PP?"

El Partido Popular acude hoy a su Convención de Valladolid con la esperanza de que las presencias se impongan al clamor de las ausencias. Con la esperanza de que los buenos indicadores de la macroeconomía, el último ayer con las tres décimas de crecimiento en el cuarto trimestre del 2013, suavicen la realidad de una clase media arrasada y un estado del Bienestar podado. El PP acude a Valladolid entre la realidad y el deseo.

El deseo de encarnar para los españoles una derecha menos radical, más equivalente a las derechas clásicas europeas. Un Partido como el que representan los dirigentes populares vascos actuales, entrenados en el duro ejercicio del cuerpo a cuerpo con la realidad etarra. Y que afrontan la espantada del sector duro hablando claro, sin pretender minimizar el roto y casi con alivio por el lastre que se suelta. Iñaki Oyarzabal, secretario general del PP Vasco, y responsable de Justicia, Derechos y Libertades de la Dirección Nacional, habló anoche la SER. Y vincula lo que está ocurriendo esta semana con la conspiración contra Rajoy de quienes perdieron el Congreso del PP de 2008.

Y frente al deseo, la realidad. La tradición ultramontana, montaraz, de la derecha clásica española, que liga las políticas de un partido con once millones de votantes a los intereses de la Iglesia católica, en la educación o el derecho al aborto. Un anacronismo ya en la Europa más avanzada y que hoy encarna con crudeza el vicepresidente de la Diputación de Cuenca, Julián Huete, que compara al aborto con el holocausto.

Podemos sacar la conclusión de que el señor Huete considera nazis a las mujeres que abortan. O a las que tienen pensado subirse hoy al llamado Tren de la Libertad en Asturias para viajar y participar mañana sábado en la manifestación en defensa de la libertad de las mujeres y contra la Ley Gallardón. Una manifestación convocada en Madrid y en varias capitales europeas.

¿Qué PP quiere ser el PP? El argumento de la pluralidad interna no puede amparar todos los desafueros. Ni el de que ETA ha ganado la batalla, ni el de que el aborto es un genocidio.