Pussy Riot. Testimonio punk

Pussy Riot, una plegaria punk.  "El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma". Con esta frase de Bertolt Bretch arranca el documental ‘Pussy Riot’, una plegaria punk’, dirigido Maxim Pozdorovkin y Mike Lerner. Un documental que utiliza imágenes inéditas sobre el juicio que vivieron las tres integrantes de este grupo punk que dio la vuelta al mundo con su actuación de 40 segundos en la catedral del Cristo Salvador en Moscú, Rusia. La cinta recorre la formación del grupo, sus primeros ensayos y actuaciones y la detención y la farsa de juicio al que fueron sometidas las tres chicas. A las imágenes de las actuaciones, ensayos –con no demasiada buena calidad, todo hay que decirlo-, se suman los testimonios de los familiares de Nadia, Masha y Katia y de los denunciantes y miembros de la Iglesia ortodoxa rusa. Es un documental desigual en lo cinematográfico, pero altamente valioso como testimonio, como reflejo de una sociedad enferma y dividida, como muestra del carácter intocable de la Iglesia y de Vladimir Putin. Es una pena que nos sorprenda tanto la reacción de los beatos denunciantes rusos, sus argumentos contra la actuación punk, las descalificaciones a las chicas y, por supuesto, el poder de una institución como la Iglesia en un país a priori democrático. Parece que se nos olvida que lo que pasó en Rusia con las Pussy Riot, pasó en España con un grupo de chicas que se quitaron la camiseta en la capilla de su facultad. Aquí y allí se pedía cuatro años de cárcel. La validez testimonial de la cinta no solo consiste en el retrato de la Rusia actual, sino también del dibujo de la Rusia de los zares, de la revolución de Octubre, del Stalinismo… El contexto cultural, político y familiar del surgimiento de las Pussy Riot, así como su repercusión internacional es analizado en la cinta de Pozdorovkin y Lerner, que no dudan en reflejar la aparente ingenuidad de las activistas, y esa nueva manera de protestar contra el orden establecido –con pasamontañas de colores-  una de las críticas que se ha hecho a la reivindicación de las Pussy Riot. Pepa Blanes