El regreso del niño prodigio
Tras trabajar a un notable ritmo durante toda su carrera, su última referencia hasta este mes databa de 2008, cuando editó 'Modern guilt'. Durante este tiempo el músico ha estado alejado de los escenarios por unas molestias en la espalda pero ha estado inmerso en bandas sonoras, labores de productor o un disco editado únicamente con partituras y sin música. También ha publicado en su página web un curioso proyecto en el que invitaba a músicos de distintas bandas a grabar una recreación de sus discos favoritos, por ahí han quedado álbumes de Leonard Cohen o la Velvet Underground. Este mes de marzo Beck regresa a las tiendas con 'Morning phase', un álbum que su autor ha hermanado con 'Sea changes', el disco que grabó tras una ruptura sentimental hace ya más de diez años.
'Morning phase', uno de los álbumes más esperados de este 2014, deja claro que Beck tiene todavía mucho que ofrecer. Su capacidad para crear canciones únicas y diferentes sigue siendo una de sus mejores cualidades y algo digno de aplauso. Además el estadounidense ha firmado un regreso redondo con canciones que pasan de la melancolía de una mañana neblinosa a la épica desbocada bordeando el intimismo de un disco sin bajones que remite a sus mejores trabajos.
Este nuevo álbum, de trece cortes, reaviva la figura de su autor tras unos años de silencio en los que ha dado tiempo a echarle de menos, a cogerle ganas a su música. Además, 'Morning phase' es uno de esos discos que ganan con cada escucha, en las que descubres nuevas texturas, fondos, instrumentos, ecos, complementos todos ellos que enriquecen sin estorbar, sin distraer. Desde la dulce apertura con ‘Morning’, el músico ha planteado un álbum seductor en el que cada canción es como un golpe de viento que va alejando las nubes hasta despejar el cielo. También hay temas inquietantes como ‘Wave’ que contrastan con la luminosidad de ‘Blue moon’ o ‘Dont let it go’. Los viejos estilos también tienen cabida como el folk melódico de ‘Country down’, una balada tierna que recuerda a otras etapas de su carrera o ‘Walking light’, uno de los cortes más sensibles, que cierra el disco dejando un cielo limpio, una mañana soleada, una extraña necesidad de volver a escucharlo todo desde el principio, de volver a la neblina, al viento, para recuperar el sol y volver a empezar. La espera ha merecido la pena y el músico ya ha anunciado una nueva entrega para finales de año.




