"Si yo fuera alemana no me preguntarían por el maniqueísmo de mi obra"
Pepa Bueno ha entrevistado en 'Hoy por Hoy' a la escritora Almudena Grandes

La escritora Almudena Grandes ha pasado por los micrófonos de la Cadena SER para presentar su nueva novela, ?Las tres bodas de Manolita?, un libro que cuenta la historia de una familia y una pandilla de amigos durante la posguerra. En los buenos tiempos, las jovencitas se casan por amor. En los malos, muchas lo hacen por interés. Yo me casé con un preso en los peores, por dos multicopistas que nadie sabía poner en marcha". Así comienza la nueva novela de Almudena Grandes, 'Las tres bodas de Manolita'. / CADENA SER
La escritora Almudena Grandes ha estado este viernes con Pepa Bueno en 'Hoy por hoy' para presentar su nueva novela, 'Las tres bodas de Manolita' (Tusquets), una emotiva historia de una familia y una pandilla de amigos para los que la posguerra llegó a ser algo peor que la propia guerra.
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"En los buenos tiempos, las jovencitas se casan por amor. En los malos, muchas lo hacen por interés. Yo me casé con un preso en los peores, por dos multicopistas que nadie sabía poner en marcha". Así comienza la nueva novela de Almudena Grandes, 'Las tres bodas de Manolita' que ha presentado este viernes junto a Pepa Bueno en 'Hoy por hoy'. Se trata de la historia de Manolita, una chica que con 18 años, unos padres encarcelados y un hermano escondido, tiene que hacerse cargo de sus cuatro hermanos. Entre líneas se lee el relato de la posguerra, de una familia y de una pandilla de supervivientes, "de personitas que andan por la calle", como la ha definido Almudena Grandes, y de unos personajes "para los que después que la guerra empezó algo peor que la guerra, no llegó la paz".
Grandes dice utilizar el modelo de los 'Episodios Nacionales' de Benito Pérez Galdós para conducir una historia, con episodios reales y personajes reales pero que, insiste, no deja de ser una novela. Uno de esos personajes reales es Isabel Perales, la hermana de la protagonista, superviviente de la Guerra Civil, que lavaba, tendía y planchaba ropa blanca, y lo hacía con sosa porque el jabón era muy caro, algo que le destrozó las manos. Lo hacía sin cobrar ya que era hija de una presa de la cárcel de Porlier (Madrid). "Cobraba el colegio del que los niños no podían salir hasta que sus padres salieran de la cárcel. Los niños redimían las penas de sus padres, es una monstruosidad".
"La historia de Isabel jamás podría habérmela inventado, excede mi capacidad de invención", explica Almudena Grandes que va desgranando los personajes, a caballo entre realidad y ficción, de su nueva novela. Como el cura de la cárcel de Porlier -la más grande de la época- que "se forró cobrando por los bis a bis" y del que parte para inventarse una historia de amor, o el amigo traidor basado en Roberto Conesa, un policía real, jefe de la Brigada Político-Social, célebre por la captura y ejecución de las 'trece rosas' y de cuya juventud hay escasísima información.
Sin embargo, Grandes insiste en que no todo en este libro es amargura. "No quería escribir una historia triste y lo conseguí gracias a Manolita, es la afirmación de la vida contra la muerte", explica sin olvidar que todo el relato transcurre con el telón de fondo de una posguerra que los protagonistas asumen peor que la propia guerra.
Esta temática es persistente en las obras de Grandes que defiende su punto de vista. "La neutralidad no es la función de un novelista, tiene que ser solidario con sus personajes", asegura antes de matizar que aunque su narración, como la mayoría, es "inevitablemente una historia de buenos y manos" eso no quiere decir "que toda la gente que apoyara al régimen fuera malvada ni todos los castigados fueran buenos".
"Si yo fuera una escritora alemana no me preguntarían por el maniqueísmo de mi obra", afirma tajante mientras insiste: "Está clarísimo que en la mayoría de los países de Europa no hay ningún conflicto, no hay ningún problema con un relato de una guerra entre fascistas y demócratas, no hay que explicar quiénes eran los buenos y los malos y naturalmente se asumen excesos por ambas partes". Sin embargo, para Grandes, eso es algo impensable en España en este momento ya que "este país tiene ese conflicto tan complicado con su historia reciente y como venimos del silencio, aquí parece que todavía no está claro". "Una dictadura no se elimina por la propia voluntad de eliminarla", sentencia.
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Almudena Grandes: "La posguerra para mucha gente fue más dura que la guerra"




