La fórmula secreta de Nick Waterhouse
Waterhouse atiende nuestra llamada desde Nueva York, donde está empezando la gira que este mes le traerá por España tras su aplaudido paso por el Primavera Sound del verano pasado. Nick se acaba de levantar y habla con sueño pero en su voz se nota la ilusión de quien tiene algo que enseñar al mundo. “Estoy muy emocionado con el disco”, explica nada más descolgar. “Creo que es un gran trabajo y estoy nervioso por ver qué dice la gente”, añade. A pesar del cansancio por los excesos de la noche anterior, Nick se muestra con ganas de hablar y de recorrer su breve pero intensa carrera.
“No he notado una presión especial con este disco”, explica el músico. “He sentido cierta presión pero no creo que esté relacionada con que el anterior disco fuese bien. Es la presión que suelo ponerme para hacer el mejor trabajo posible”, confiesa Nick. Para ‘Holly’, Waterhouse ha vuelto a contar con su amigo Matt Correia, batería de Allah-Las. “A veces cuando tocamos juntos es como si estuviéramos en el mismo grupo pero para salir a la carretera he llamado a otra gente”, explica el cantante. “Matt es un viejo amigo, le conocí el primer día de instituto cuando teníamos 18 años y hemos pasado la adolescencia juntos en San Francisco. Yo empecé una banda y le metí en ella aunque nunca había tocado, aprendió muy bien y le ha ido muy bien. Tenemos muy buena relación, complicidad e intereses comunes. Estamos en el mismo nivel y me encanta trabajar con él”.
El éxito de ‘Time's all gone’ cambiaría para siempre la vida de Nick Waterhouse. “Hasta sacar el disco trabajaba en una oficina, pero la verdad es que he tenido bastantes trabajos diferentes”, explica el músico. “Trabajé en una tienda de discos los fines de semanas, he trabajado en la puerta de un local de música. He sido pinchadiscos, he tenido los típicos trabajos que tiene un chaval joven intentando hacerse un hueco en la ciudad”. Pero aquel álbum cambió el rumbo de la vida del joven músico. “No tenía ninguna expectativa, tampoco la tengo ahora, y fue una de esas experiencias que te cambian la vida. A mí me la ha cambiado, me ha cambiado mi forma de ser y de vivir”, confiesa Waterhouse.
Ahora Nick ha regresado al estudio con la idea de seguir avanzando en la música, con el objetivo de no repetir fórmulas ni estilos. “Creo que la mayoría de los músicos intentan evolucionar, progresar, o al menos sentir que lo hacen”, aclara desde Nueva York. “Creo que este disco muestra una progresión natural. Puedo tocar mejor, tengo ideas más arriesgadas, tengo más de todo. Mi primer disco era muy bueno y estoy muy orgulloso de él teniendo en cuenta las circunstancias en que se grabó. Es un excelente reflejo de ese tiempo y el nuevo creo que es más rico, más técnico”, añade Waterhouse, que cree que su experiencia como productor le ha ayudado a la hora de grabar su propia música. “Estar en el estudio es uno de los momentos más agradables para mí, sobre todo cuando vas tocando cosas, dando forma a las canciones y de pronto, de la nada, escuchas algo y sabes que has dado con la clave de la canción que quieres hacer. Esa es una de las cosas más gratificantes”. Ahora Waterhouse prepara su primera gira española con “muchas ganas de llevar las nuevas canciones a la carretera”. Unas canciones que confirman que Nick Waterhouse es un músico mayúsculo capaz de reinterpretar los sonidos del pasado con una capa de actualidad. No muchos han encontrado esa fórmula.
El californiano dará cuatro conciertos a finales de mes en nuestro país.




