Un sacerdote hosco

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Se espera de la iglesia compasión. Y de la iglesia católica, que manda tanto, se espera también respeto por los que no están obligados a seguirla. La despedida del cardenal Rouco incluyó falta de compasión y falta de respeto. Hace diez años este país sufrió un ataque brutal, cuya autoría fue sancionada por la justicia. Que el representante católico ofrezca dudas e insinuaciones sobre el origen de aquel horrible atentado pone a este sacerdote hosco al nivel de los que han aprovechado esta década para hacer más difícil el trayecto de las víctimas que sufrieron aquella matanza.




