El Real Madrid sale vivo de La Rosaleda

Un gol de Cristiano Ronaldo da la victoria en Málaga a un Madrid gris y muy lejos de su mejor versión, que acabó pidiendo la hora para mantener su escasa renta y llegar al Clásico del próximo domingo con, al menos, cuatro puntos de ventaja.

Que si el partido importante era el de La Roselada, que si no vale de mucho ganar al Barça si se pierde ante el Málaga, que las Ligas se pierden en encuentros como estos... Se hartó Ancelotti de advertir de lo vital que era esta cita, pero a la hora de la verdad dejó en el banco a un 'titularísimo' como Di María, temeroso el mismo Di María y también Ancelotti de que una tarjeta amarilla le impidiese estar en el Clásico del próximo domingo.

Pero el destino, que ya se sabe lo que se dice, que es caprichoso, hizo que a la media hora de juego el 'Fideo' ya estuviese en el campo. Se dolió Benzema de su muslo derecho después de un encontronazo con Cristiano Ronaldo y pidió el cambio. Ancelotti, que tenía a Morata y a Jesé en el banco, señaló a Di María. Hace tiempo que Ancelotti no confía en Morata y hace más que el canterano, que intentó su salida en Navidad por lo divino y por lo humano, sabe que su futuro está lejos de Madrid.

Cuando Di María saltó al campo el Madrid ya iba arriba en el marcador. Una galopada por la banda derecha de Bale, uno de los más destacado del primer acto, terminó en un centro larguísimo del galés a Cristiano, que se acomodó la pelota a su pierna derecha para con un potente disparo adelantar a los blancos.

Antes, el árbitro, Martínez Munuera, no pitó un derribo de Angeleri a Bale en la cara de Caballero por el que los blancos, hoy vestidos de naranja, pidieron con vehemencia penalti.

El gol de Cristiano tranquilizó a los de Ancelotti, hasta entonces con dudas en la retaguardia, en la que esta vez también estaba Varane para suplir a Ramos, que se quedó en Madrid por acumulación de tarjetas. Los malaguistas, que hasta entonces habían merodeado la puerta de Diego López, se vinieron un poco abajo y quedaron a merced de un Madrid que aunque no mostró su mejor versión en la primera mitad fue superior.

En la segunda, en cambio, el partido se convirtió en un toma y daca. El balón volaba de un área a otra sin pasar por el centro. En este correcalles los malagueños lo tuvieron claro, balones a Amrabat, el más peligroso de los suyos, y Samuel. Apareció también el veterano Duda, que estaba en todas las jugadas, incluidas las más polémicas. Una entrada muy fea de Pepe a Duda hizo enloquecer al malaguista, que vio la amarilla por protestar y pedir una tarjeta para el portugués. El Madrid se lo creyó demasiado pronto y dejó hacer a los andaluces.

Ancelotti decidió entonces cambiar cromos. Sacó a Isco, que esta vez fue titular y que pudo hacer el segundo de los madridistas después de un larguísima galopada de Di María, que fue uno de los mejores de los suyos y que podrá jugar el Clásico al no haber visto ninguna amarilla. El malagueño se llevó la alegría de la noche cuando La Rosaleda en pie entonó un "Isco, Isco, Isco". Entró por él Jesé y después Illarramendi por Modric. No logró el italiano con los cambios contener a un Málaga totalmente volcado en el área rival.

Terminaron los blancos con la lengua fuera y pidiendo la hora al árbitro para llevarse un botín que le permite recibir al Barça el domingo con, al menos, cuatro puntos de ventaja. El Málaga, en cambio, con 29 puntos, se queda en una situación complicada.

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