Alberto Contador se exhibe en la Tirreno-Adriático
El de Pinto gana en la quinta etapa y se pone el maillot de líder
Alberto Contador, del equipo Tinkoff Saxo, dio un paso de gigante para inscribir su nombre en la prestigiosa prueba italiana Tirreno-Adriático al dar otra exhibición al imponerse en la quinta. La quinta jornada, entre Amatrice y Guardiagrece, de 192 kilómetros y considerada de media montaña, sirvió para que el español dejara claro que vuelve a ser el de hace unos años y que se encuentra en un momento dorado de forma, pues además de las dos etapas de la prueba de los "dos mares" también se anotó una en la portuguesa Vuelta al Algarve.
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Un triunfo, que al igual que el anterior en la considerada etapa reina no resultó nada fácil y prueba de ello es que durante muchos kilómetros hizo de puente entre un grupo de escapados, que se fueron a las primeras de cambio y el grupo principal donde estaba el líder, el polaco Michal Kwiatkowski, con el que tenía una deuda pendiente al llevarse la Vuelta al Algarve que acarició Contador.
El comienzo de la etapa resultó un tanto extraño, por el anunció del abandono del australiano Richie Porte (SKY) y el francés Thibaut Pinot, líder de su equipo FDJ. Noticias que sorprendieron y al mismo tiempo animaron al resto de corredores que firmaron para disputar la última etapa.
Una jornada, con salida en Amatrice y llegada en el muro de Guardiagrece, de 192 kilómetros, que respondió a la expectación despertada debido a la dureza de la misma, especialmente en la parte final, en la subida corta, pero dura.
A las primera de cambio se fueron Benjamin King (Garmin), David de la Cruz (NetaPP Endura) y Adam Hasen (Lotto Belisol) a los pocos kilómetros después se les unieron Matthias Brandle (IAM Cycling), Andriy Grivko (Astana), Yaroslaw Popovych (Trek) y Luca Paolini (Katusha). Una escapada que llegó a ser peligrosa debido al buen entendimiento en ese pelotón puntero y el desconcierto en el principal en el que estaban Contador, Quintana y el todavía líder, Kwiatkowski, favoritos para el podio final.
Ninguno quiso asumir la responsabilidad para neutralizar a los escapados que llegaron a tener hasta una docena de minutos. Fue Contador el que no dudó en acelerar el ritmo en las primeras rampas del Passo de Lanciano, a unos 40 kilómetros de meta. Un acelerón al que, en un principio respondió Quintana, pero que sirvió para descubrir las debilidades de Kwiatkowski.
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