Noche agridulce en el Bernabéu

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Fue como un latigazo de viento helado el que recorrió anoche las gradas del Bernabéu cuando vieron retirarse a Jesé en camilla. Los que lo vieron en televisión se percataron antes porque las imágenes repetidas enseguida hicieron temer la lesión de rodilla. El Bernabéu se quedó helado y después todo el partido se jugó en un ambiente deprimido, porque a Jesé le habían hecho hijo predilecto de ese estadio, y más que lo que ha hecho ya Jesé, y ha hecho mucho, es lo que esperaban que hiciese en este final de temporada, incluso había quien le veía en el Mundial. Pero el cántaro se rompió anoche, y el Bernabéu continuó presenciando el partido con el recuerdo en la mala suerte de Jesé, y el equipo notó esa depresión. Entonces Cristiano despertó a la gente de su melancolía y volvió a galopar por la banda y anestesió la tristeza de la grada con dos goles y hasta Bale regaló otro a Morata para anestesiarle su particular melancolía de anoche. Una noche rara, porque la gente abandonaba el estadio hablando de la mala suerte de Jesé y su rotura de ligamento cruzado anterior, hubo quien dijo, que como la suerte es pendular, a lo mejor el domingo les toca la buena, pero cómo convencer a un ratón de que un gato negro da buena suerte.




