Exagera, que algo queda

Todas las competencias de un gobierno son importantes porque su gestión repercute de manera directa en la vida de las personas, pero si tuviéramos que hacer una lista de las más sensibles, pues ahí debería estar, sin duda, el tema de la seguridad. Básicamente porque es el Estado es el que se reserva el monopolio de la violencia y eso es muy delicado. Por eso nos hemos puesto -algunos- tan burros con el tema de Ceuta, con los 15 inmigrantes ahogados y con que les dispararan pelotas de goma estando en el agua. Nadie ha dimitido a pesar de las mentiras, por cierto.

Por eso -algunos- denunciamos también, porque nos parecía muy grave, que agentes antidisturbios entraran a saco repartiendo estopa en la estación de Atocha... había imágenes, ¿lo recuerdan? y que nadie asumiera responsabilidades. Y podríamos seguir, pero lo que ahora nos preocupa -sinceramente- es que se esté preparando en Madrid un despliegue policial digno de superproducción de Hollywood para recibir este fin de semana la Marcha por la Dignidad. Se habla de 1.700 policías antidisturbios, un récord, y se empieza ya a propagar el mantra habitual de que grupos radicales podrían infiltrarse para liarla gorda.

Bueno, esta mañana han estado aquí en la SER cuatro portavoces de esas columnas que llevan días y días marchando sobre la Madrid... y les puedo asegurar -ustedes les han escuchado por la radio- que no parecían extremistas peligrosos. Eran dos hombres, dos mujeres, estaban bronceados... de todo el sol que se han tragado estos días de caminata; alguno ha contado que con callos en los pies, estaban cansados, llevaban sus camisetas rojas, ellos barba... pero, miren, no nos ha parecido que fueran invasores peligrosos. Así que, ¿de verdad son necesarios casi 2.000 policías? ¿Qué queremos: asustar o hacer el ridículo? Cualquiera de las dos opciones nos parece lamentable.