¿Externalizamos las manifestaciones?

Ana Botella vuelve a la carga y pide una regulación del derecho de manifestación que saque las grandes movilizaciones del casco histórico de la ciudad y evite zonas turísticas y grandes ejes de comunicación. Quiere Ana Botella que las manifestaciones, que suelen convocarse para visibilizar la reivindicación, no se vean. Y sorprende que la propuesta la repita siempre tras movilizaciones que no comparte y no después de concentraciones papales o pro vida que causan molestias y atascos como las demás.

Las grandes concentraciones, sean ciudadanas, deportivas, taurinas, religiosas, carnavalescas o funerarias, siempre producen un choque de derechos entre quienes disfrutan de ellas y quienes las padecen. Minimizar los inconvenientes es su tarea, pero proponer una externalización universal nos puede conducir al absurdo. ¿Despediremos al próximo presidente fallecido en Vallecas, llevaremos el final de la Vuelta Ciclista a La Moraleja, mandará Botella al papa a la Casa de Campo o sólo piensa desplazar a los ciudadanos que manifiestan su legítima protesta? Convendría aclararlo antes de seguir discutiendo.