El adiós del mejor Barça

El Barça apunta a su primera temporada en blanco desde la 2007-08, el último año de Ronaldinho y Rijkaard y antes de que llegase Guardiola para crear uno de los mejores equipos que han practicado el ejercicio del fútbol de manera brillante, un conjunto que seis años después parece tocar a su fin.

"Llevo escuchando lo del cambio de ciclo desde hace cinco años", se quejaba en 'El Larguero' Xavi Hernández al término de la final de Copa ante el Real Madrid. Razón no le falta al jugador con mejor palmarés de la historia del Barça, desde que el 'Pep Team' empezó a flojear siempre se ha querido acabar con el mejor Barça que se recuerda. La cuestión es que nunca la sensación de final fue tan fuerte como la que está transmitiendo el equipo catalán esta temporada.

La apuesta por Tito Vilanova tras la marcha de Guardiola, ya con Rosell en la presidencia, camufló y alargó un poco más un ejercicio futbolístico que había iniciado Pep a su llegada, instaurando unos nuevos valores y una idea clara en Can Barça. Con Tito, el Barça no consiguió los mejores resultados posibles, 'solo' ganó una Liga, pero sí era un equipo reconocible y que de vez en cuando recordaba a aquel equipo de la seis copas que maravilló al mundo.

Esa pequeña llama que aún iluminaba el Camp Nou se terminó de apagar esta temporada, cuando Rosell decidió que el Tata Martino era hombre ideal para dirigir la nave que contaba con un primera espada nuevo, el brasileño Neymar. El brasileño era la única cara nueva de un Barça que todavía se mueve con la misma maquinaria que hace seis años: Iniesta, Xavi, Puyol, Valdés, Alves o Messi. El inmovilismo por parte de la dirección técnica de no tocar nada, es decir, no traer un central de garantías para poder pelear con Mascherano o Puyol, dejar marchar a Thiago a un precio irrisorio o no apostar por nuevos valores de La Masía, ha provocado que durante este año hayan aflorado todas las carencias en la planificación de la temporada. Piqué como único central de garantías, ningún delantero puro en la plantilla o sin un recambio similar a Xavi. No se puede obviar en la caída del Barça la 'Messidependencia'. El delantero argentino ha sido el líder indiscutible desde el año 2008 y ha sacado al Barça de mil y un apuro, esto ha generado una dependencia, algo que ocurre con cualquier líder del nivel del rosarino. El problema es que cuando Messi ha bajado de la excelencia a la normalidad el Barça no ha sabido cómo reaccionar. Tres partidos negros de La Pulga, Atlético, Granada y Real Madrid, han dejado al conjunto catalán compuesto y sin novia.

Por si fueran pocos factores, a esta temporada hay que sumarle los problemas de Messi con Hacienda, las supuestas irregularidades en el fichaje de un Neymar que aún no termina de explotar y que costó la presidencia de Rosell, la marcha de Valdés a final de temporada y la sanción de la FIFA de no fichar hasta junio de 2015, algo que provocaría un cambio mucho más lento.

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Comparaba el director del As, Alfredo Relaño, en 'El Larguero', al actual Barça con una casa abandonada llena de agujeros por donde entra el agua que va erosionando lo que hay dentro. Cada problema que aparece en Can Barça abre otro agujero en la casa culé y el agua sigue entrando sin parar.

La decadencia del Barça urge a medidas importantes que varían según el socio al que preguntes. Desde las elecciones anticipadas, la venta de grandes figuras... el primer cambio parece claro, la marcha de un Tata Martino que aguantó en la carrera hasta que llegaron las últimas curvas, donde, como un Ferrari de la actualidad, vio pasar a los Red Bull y a los Mercedes sin poder hacer nada para seguirles el ritmo.

Lejos parece quedar el milagro de Iniesta en Stamford Bridge, los goles de Pedro en cualquier competición, la irrupción de un tal Busquets en el once, el 2-6 del Bernabéu, los seis títulos en un año o el terror que sembraba en Europa... señal inequívoca del paso del tiempo que, como en todos, se ha notado en un equipo que quedará para la historia y que ahora afronta el reto de volver a triunfar en España y en el Viejo Continente. Ahora es el propio Barça quien debe decidir cuándo y por dónde empezar su reconstrucción.

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