El viento se levanta. El adiós de Miyazaki

Cadena SER25/04/2014 - 13:00 CEST

El viento se levanta. Lapidario adiós de Miyazaki Escucha el reportaje de La Script

El maestro de la animación japonesa, Hayao Miyazaki, director de obras maestras como El viaje de Chihiro (2001) se despidió del cine el año pasado tras la presentación en el Festival de Venecia de su última película El viento se levanta, una historia dirigida a público adulto y que supone una contundente declaración de principios: un sonoro no al militarismo nipón y un canto a la pasión creativa, libre de ataduras mercantilistas. El protagonista es un personaje real, el ingeniero Jiro Hori- Koshi (1903-1982) que diseñó los míticos cazas Zero, los aviones utilizados en el ataque de Pearl Harbour y por los kamikazes. Pero su enfoque no es glorioso ni nacionalista. Se trata de una melancólica reflexión sobre los estragos que sufrió el pueblo japonés a lo largo del siglo XX – el terremoto de 1923, la Gran Depresión, el paro, la pobreza, la enfermedad- y cómo las guerras se llevaron por delante vida y felicidad de ciudadanos anónimos y creadores como este ingeniero enamorado de una joven tuberculosa.

No es El viento se levanta una de las películas más poéticas y redondas de Miyakazi, pero sí una de las que tiene mayor potencia ideológica y ética. Se toma su tiempo para hacer un fresco del dolor humano, sin tentaciones facilonas de soluciones milagrosas. El milagro está en su sobrio entusiasmo y pasión por el arte, al que hermana con la tecnología cuando dice que todo creador tiene 10 años de máximo potencial que debe exprimir al máximo. La contundencia de su mensaje antimilitarista en El viento se levanta le ha granjeado acusaciones de traidor y poco patriótico, a las que él ha respondido con un simple bufido. El arte es compromiso y Miyazaki no ha querido despedirse con tibiezas. María Guerra Más información:

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