Un empate que reafirma la locura de la Liga

El Madrid se encontró el domingo a las 19.00 con una ocasión fabulosa para darle un buen meneo a la Liga sacando al Barcelona de la lucha por el título y metiendo mucha presión al Atlético. Ancelotti fue fiel a sus principios y puso en liza a Illarramendi, una suerte de prácticas para el vasco de cara a la final de la Champions | Real Madrid 2 - Valencia 2, todos los números del partido

Hasta el rival parecía propicio, triste por el varapalo europeo y sin apenas opciones de sacar algún rédito en la Liga. La consigna y la idea de los blancos fue clara desde el principio: salir a matar el partido pronto. El equipo de Ancelotti salió en tromba y sin titubear, comiéndole mucho terreno al blando centro del campo che formado por Parejo, Keita y Javi Fuego.

En el minuto dos ya se vio lo que sería una buena muestra del partido. Bale asistió a Ronaldo y el portugués se topó con la figura de Alves. La tormenta continuó con un remate de Benzema que se marchó algo elevado. Parecía muy fácil pero el Valencia de Pizzi tenía truco y a la primera que tuvo para salir a la contra picó. Fue Parejo el que remató un centro en solitario y obligó a Diego López a lucirse.

Bajó en intensidad el partido y paulatinamente se iba agrandando la figura de Diego Alves. Triangulaba bien el Madrid pero perdía verticalidad. La 'BBC' elaboraba poco a poco más la jugadas, las mascaba más pero ahí seguía Alves. Y el Valencia seguía fiel a su hoja de ruta; salir y morder. La segunda clara la tuvo Alcácer, que perdonó una clara ocasión tras un despiste de la defensa.

Los últimos minutos de la primera mitad se rompieron de cuajo, dando opción a los dos equipos. En una de esas el Valencia forzó un córner que marcaría una antes y un después. El balón voló y Mathieu se levantó para adelantar al Valencia y llevar los murmullos al Bernabéu durante el intermedio.

Locura en el Bernabéu

Del partido roto al partido loco, a las conjeturas y las calculadoras. Ancelotti aumentó un agujero de presión en su cinturón y sacó a Illarramendi para dar entrada a Di María. Entraba mucho por bandas el equipo blanco, tanto Carvajal como Marcelo llegaban a línea de fondo con claridad, aunque el brasileño no estuvo atinado en ningún momento.

Se pidió desde la grada un penalti por manos de Pereira. Mathieu y Costa ya estaban achicando balones en el minuto diez de la segunda mitad. Cuando ese dique cedió, de nuevo volvió a quedar Alves sólo mano a mano con los delanteros del Madrid. Sacó un par a Ronaldo antes de que en otro balón aéreo llegara el empate. Ramos se elevó e hizo el empate.

Con Di María el Madrid ganó improvisación pero perdió algo de orden, dejando al aíre la retaguardia en algunas jugadas. Como en la del minutos 65, cuando en una contra el balón llegó a Parejo para fusilar a Diego López. Se abrieron entonces 25 minutos de locura, de infarto, de un Madrid que no paró de atacar.

Sin orden y con la opción de depender de sí mismo devuelta al Barcelona, el Madrid torpedeó la defensa del Valencia por todos lados y sin frutos tangibles. En las más claras siempre aparecía Alves. Chutó Morata con bronca contigua de Ronaldo, éste tiro faltas, Bale remato de cabeza, de ninguna manera llegaba el gol hasta que el jugador de Madeira inventó una genialidad en un centro al área. Con la espuela la tocó y se coló por la derecha de Alves.

2-2 y un empate que lleva la locura a la Liga, donde hay mil y una combinaciones para que los tres equipos puedan salir campeones. En cualquier caso, el Madrid desperdició una ocasión dorada para tenerlo aún más cerca.

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