La mirada de Soledad: "Incumplir expectativas es peligroso"

Los políticos europeos parecen muchas veces inconscientes del riesgo que corren cuando se empeñan en defraudar a los ciudadanos, incumpliendo expectativas que ellos mismos han creado. Deterioran la institución de la Unión Europea, haciendo que parezca inútil, cuando se trata simplemente de decisiones que han tomado ellos mismos a puerta cerrada y que podrían haber sido otras. Esta misma semana los políticos europeos han vuelto a retrasar algo que ya estaba casi decidido: hacer que las transacciones financieras paguen un mínimo impuesto. Los países que habían acordado esa medida, diez, entre ellos Alemania y España, decidieron esperar hasta 2016. El famoso impuesto es algo por lo que se lleva batallando desde hace años ante la evidencia de que la actividad bancaria paga menos tasas que cualquier otra actividad. En concreto unos 18.000 millones de euros menos. Es decir que por criar gallinas, por ejemplo, se pagan más impuestos que por criar dinero. Pero nada, esperemos dos años más.

El colmo de la capacidad de defraudar a los europeos sería que los jefes de gobierno de la Unión terminaran por nombrar presidente de la Comisión a alguien que no fuera el candidato del grupo político que gane las elecciones del próximo día 25. El sentido común desaconseja una decisión que podría parecer una burla, pero nunca se puede estar seguro. Rajoy no es el único que tiene un sentido del humor tan peculiar.