Mesa de España: Un zoológico en la maleta
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Enorme sorpresa la que se llevó la Guardia Civil en el aeropuerto de Gran Canaria. Dos pasajeros llevaban en las maletas tantos insectos y reptiles como para montar un zoológico.
El debate sobre las prospecciones de petróleo nos lleva también a Canarias. Repsol dice que en el peor escenario que baraja, en caso de accidente grave en uno de sus pozos, se verterían al mar 3.000 barriles de crudo al día. La compañía alega en su defensa que solo una parte muy pequeña de vertido llegaría a las costas de Canarias.
Pocas resacas han sentado tan mal como la que ha tenido David Fernández, hasta ayer presidente de las Nuevas Generaciones del PP en el municipio de Ribeira, en A Coruña. El partido ha aceptado la dimisión de Fernández, arrepentido por haber lanzado vasos de cristal y hasta una botella a la orquesta que tocaba en una verbena.
También ha pedido perdón un fotógrafo de Munitibar, un pequeño pueblo de Vizcaya. Su acción: fotografiar a una modelo desnuda y encadenada en el interior de la iglesia, la misma iglesia que su madre se encarga de limpiar.
Tampoco han dejado indiferentes las declaraciones del viceconsejero de Educación de Castilla-La Mancha. José Jaime Alonso dice que este año las notas de Selectividad serán mejores porque los profesores se han preocupado más de dar clases que de protestar.
En Aragón, los padres de los colegios públicos ya están preocupados por el próximo curso. Dicen que la Consejería de Educación pone "demasiadas pegas" para poder conseguir una beca de comedor o una ayuda para comprar material escolar.
Por este orden, el paro, los políticos y el agua son los principales problemas que quitan el sueño a los murcianos.
En Cataluña ha abierto sus puertas el único centro meteorológico en el mundo capaz de predecir las tormentas de arena. Gracias a este centro se van a poder prever los episodios de calima que afectan al Mediterráneo.
En Asturias, la Guardia Civil investiga la muerte a tiros de una osa de tres años en un prado de Quirós. Los agentes tiran del hilo para intentar detener al autor de este atentado contra una especie protegida.
