El Barça toma Madrid y el factor cancha

Momento de disfrutar del baloncesto. En concreto, de la final de unos Playoffs que ya llegaban con la etiqueta de 'extraordinarios', visto el nivel y la igualdad que registraron Valencia y Unicaja en semifinales. Pero como casi siempre en la ACB, los favoritos no suelen decepcionar y nos volvían a obsequiar con la marca registrada de nuestra liga: el Clásico.

Partido vital o eso decían las estadísticas y registros históricos que atribuyen más importancia a éste que a cualquier otro choque de las finales. 28 de los últimos 30 campeones de liga se llevaron el primer duelo, unido a un factor cancha (positivo para el Madrid) que siempre que se ha revertido para ganar el título ha sido con la victoria también en el partido inaugural.

Estos eran los datos y el Barcelona saltó consciente de su importancia. Con un parcial de 0-7 de inicio y sensación de solidez. La línea defensiva del equipo catalán marcaba el transcurso de los primeros minutos con un robo de Papanikolaou y mate que dejaba muy clara la consigna: dejar al Madrid por debajo de los 75 puntos. El grupo de Laso solo ha ganado en los últimos ocho envites contra el Barça cuando ha superado esos dígitos.

Únicamente un factor externo podía frenar el discurso azulgrana y este llegó en forma de apagón. Diez minutos con una fase fuera de servicio y que no se pudo solucionar en todo el encuentro. Entre penumbras para las cámaras de televisión, el partido volvió a su ser y el Barcelona no cambió el guion. Navarro, con un triple, y Nachbar, con un excelente 2+1 sobre Mirotic, estiraron el marcador de nuevo (9-20).

El segundo cuarto contó con un protagonista secundario que llevaba tiempo sin aparecer en escena: Jaycee Carroll. El encuentro dejó el carril principal y se permitió excesos con 9 puntos del escolta blanco (7 seguidos para el Madrid) que recortaron la ventaja. Los blaugranas se habían vuelto a demostrar a sí mismos que la opción de desconexión no existe contra el Madrid, ni un segundo. Tampoco olvidarse de sus estrellas. Pascual rectificó y devolvió a la cancha a Navarro y Tomic que, a su mejor nivel, marcaron diferencias (29-39).

El partido ya había cogido inercia y Laso se vio obligado a pedir un tiempo muerto salvador que paró en seco la sangría. Rudy, desaparecido hasta el momento, y la línea de personal permitieron que el Madrid llegase con garantías al descanso (44-48). Eso sí, las sensaciones eran claras. Los locales no estaban explotando su pabellón, el calor de su público, rendidos ante un juego anárquico, a golpes de riñón, contra un equipo que cuando coge confianza te castiga desde la repetición de sistemas.

El tercer cuarto fue el primero de claro dominio madridista. La vuelta de vestuarios, a hombros de Darden y Bourousis, colocó la primera renta positiva para los de Laso en todo el partido (65-64). Los visitantes percibían cada vez más focos de dolor con la aparición de los dos mejores jugadores blancos en el Playoff: Llull y Felipe Reyes. Solo el talento de Nachbar y la inesperada aportación de Lampe templaron unos nervios que iban en aumento, ante la posibilidad de que el Madrid rompiera el partido.

El Barcelona aguantó su peor momento de la noche, algo que no pudo hacer en la dolorosa derrota europea, y se coló con opciones en los últimos cinco minutos del partido. Tras una sucesión de triples en ambos bandos, que reflejaban un altísimo nivel global, el Barcelona tomó el balón y creció desde su control. Acostumbrados a jugar peor los finales que su adversario, Huertas y Navarro se apropiaron del mando. Siempre apoyados en la calidad de Tomic, cogieron una pequeña renta que ya no soltarían hasta el último minuto.

En el intercambio de tiros libres final, Navarro fue definitivo y sentenció la última reacción de Sergio Rodríguez, que murió matando. Final de un inicio brillante de serie que deja a un Barcelona lleno de mora, con un último cuarto muy a favor (20-28) y la capacidad de tutear al Madrid por encima de los 90 puntos, algo inusual. Valor por partida doble. Victoria fuera de casa con la recuperación del factor cancha y sensaciones fortalecidas tars una gran imagen.

El baloncesto no para. El sábado más.

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