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La democracia no era esto

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Me discute un oyente en el blog cuando digo que tenemos que ganar una democracia que no tenemos y creo que confunde democracia con Estado de derecho. Tenemos un Estado de derecho maltrecho pero además no tenemos ni siquiera un sistema plenamente democrático. Como decía Ajoblanco hace 20 años, España no es una democracia. Todo lo más, es una simulación de democracia. En diferido, además, porque está por venir y, como decía Ángel González, al porvenir lo llaman así porque nunca llega. La verdadera democracia no está ni se la espera mientras sigan los mismos que lo han impedido voluntariamente todos estos años. España no es una democracia porque ni siquiera se puede decidir sobre la democracia en España. No puede ser una democracia un sistema en el que la monarquía heredada de Dios y de Franco se impone sobre cualquier disidencia con ayuda de todo el aparato político, empresarial, policial y mediático. No puede ser democracia un sistema que detiene a republicanos para no estropearle el festín populachero al nuevo rey que se dice de moderno pero deja que se aplique la represión del viejo régimen. No puede ser una democracia un sistema que ni siquiera permite refrendar democráticamente este sistema. Es cierto que la monarquía constitucional fue votada en el 78 pero aquellas circunstancias no son las mismas, aquel consenso ya no existe y muchos de aquellos que la votaron no viven ya. Aquel sistema se ha interrumpido, ha caído con la abdicación del rey antes de tiempo forzada por el fracaso de su modelo. Es pues lógico volver a decidir sobre la cuestión. Y la cuestión no es monarquía o república, aunque la república sea un sistema más democrático. La cuestión es que los españoles tienen que poder votar qué tipo de democracia quieren. La cuestión es un proceso constituyente global para fabricar un modelo constitucional renovado que se adapte a los nuevos tiempos. Eso no se resuelve cambiando el cromo de rey por uno más joven que, además, no tiene poder alguno sobre la modernización del Estado. Se resuelve devolviendo a los ciudadanos la soberanía popular que tienen embargada en el Parlamento. Hay que tener un concepto muy débil de democracia para pensar que es democracia un modelo en el que nuestra única intervención política es un voto en una urna cada cuatro años y la acción de la sociedad civil es ignorada o desactivada policialmente. No es una democracia real un sistema electoral con listas cerradas de partidos clientelares que no tienen contacto alguno con los ciudadanos de la circunscripción a los que representan. No tenemos siquiera una democracia representativa, qué vamos a tener una participativa. No es una democracia real una ley electoral que discrimina a las minorías frente a unas mayorías que utilizan ese blindaje para perpetuarse en el poder hasta corromperse. No es una democracia real un Estado en el que el poder ejecutivo controla al judicial y a los medios de comunicación públicos. Ni es una democracia real un sistema en el que el poder político está dirigido por el poder financiero que a su vez dirige los medios de comunicación privados. No, la democracia no era esto.

 
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