Van Gaal y Krul roban el sueño 'tico' en los penaltis
La selección tica sobrevive a 120 minutos de asedio pero se aleja del sueño en los penaltis donde Van Gaal se lució con la decisiva entrada de Krul
Una de las eliminatorias de cuartos de final más desiguales, a priori, en la historia de los Mundiales se presentaba en el Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía. Eso es lo que decía el 'ranking' FIFA, no así el torneo costarricense hasta la fecha, con un juego aseado, táctico, cargado de jugadores deseosos de trabajar pero que no pudieron llevarse el premio de sus vidas desde los once metros.
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Para medir el nivel del técnico tico, Pinto, se le lanzaba el reto de superar a otro que ya es mito, Louis Van Gaal. El holandés salió solo con tres defensas, pensando en dar cobertura ofensiva al 3-4-3 con los volantes Kuyt y Blind, una apuesta que parecía destinada al ataque y que en los primeros minutos se tradujo en un juego especulativo. Dos equipos respetándose en la distancia.
Costa Rica enviaba balones a las nubes para que los bajara Borges sin ayuda, poco contenido. Pinto cedía todo el protagonismo y la responsabilidad a su rival, algo normal dentro de los planes de un hombre inteligente. La respuesta es la que sorprendió porque Holanda, en esa tesitura, no se atrevía a buscar la posesión que ha evitado durante todo el campeonato.
Cuando la selección americana cogía pulso al partido con el sostenido pedaleo de Campbell y Gamboa, la 'orange' atizó el duelo desde los quilates que atesora en su delantera. Pasados los primeros veinte minutos, en la mejor llegada del partido, Sneijder basculó su centro del campo como el genio que fue y llama de nuevo a la puerta. Balón de una banda a otra que acabó en los pies de Van Persie, a la sombra de su espléndida zurda, con un tacto que permitía el atrevimiento de ver gol. Keylor Navas, que también descifra el fútbol antes de que ocurra, realizó una atajada de órdago.
Los movimientos de portero de fútbol sala siguieron encumbrando al jugador del Levante -no por mucho tiempo- que, con todo el crédito ganado, se sitúa ya en la élite. Réplica a réplica, los jugadores neerlandeses se hartaron. Depay, en otro claro disparo, y Sneijder, con una gran falta, se toparon con un Navas arácnido. Uno que cubre cada espacio, cada centímetro de su cancela, adelantando la posición para cerrar ángulos. Gran guardameta sí, mucho trabajo detrás.
Holanda se vuelca con el gol.
El marcador no se movió antes del descanso, pese a la primera llegada de peligro costarricense en una falta lateral y el mano a mano con el que Van Persie se ilusionó sin sentido ante Navas. Nada cambió tras la vuelta de vestuarios; Sneijder continuaba a los mandos y Robben era una piedra en el zapato centroamericano. El mejor tulipán de esta cita mundialista sorteaba ticos como vayas en los cien metros y solo las faltas podían pararle. Amarilla para Umaña con escenita de regalo del aparatoso Robben.
De nuevo, a los veinte minutos de parte, se revolucionó el partido. Esta vez, Costa Rica participó del fútbol con la velocidad de Campbell pero sobre todo con las faltas de Bolaños que a punto estuvieron de saltar la banca. Un espejismo en el desierto porque el miedo espoleó a Holanda para lanzarse a por el partido. Entre llegada y llegada, la defensa tica cogía resuello, aterrada con la idea de repetir el penalti de Rafa Márquez en octavos.
El que más se acercó, González con un agarrón en el borde del área que Robben se encargó de convertir en el premio al peor efecto audiovisual de los 'Razzies'. Una demostración de que sigue opositando al peor actor del torneo. En un destello de calidad en esa misma falta, Sneijder rediseñó el logo de la gala por 'The Oscars' con un lanzamiento estrellado en la madera.
El gol buscaba su protagonismo y cerca estuvo de lograrlo en los pies del ariete neerlandés. Van Persie dio el máximo con su mejor pierna pero se encontró con su pesadilla de toda la noche. Otra brillante parada que era la antesala del drama tico. Centro al segundo palo y Van Persie, de nuevo más solo que la una, claudicó ante su diestra de palo. Automáticamente después, el eslogan costarricense 'Pura vida' cobró más sentido que nunca.
Cuando más cerca estaba el milagro...
Los cinco últimos minutos no se narraron en las radios, se vivieron. El árbitro perdonó primero la segunda amarilla a Díaz, en otro requiebro de Robben, amparando el esfuerzo de toda Costa Rica. En la última del choque, Keylor Navas, el larguero y el nuevo héroe de la hinchada tica, Tejeda, llevaron el partido a la prórroga.
El tiempo extra transcurrió con Holanda empecinada en evitar el punto fatídico y los ticos descontando minutos para el final. No importaba ya que se olvidase el uso de la pelota por la ausencia prolongada de su contacto, si el destino llevaba a los penaltis. Y, en la enseñanza que deja el fútbol traicionero, Holanda llegó aterrada a la pena máxima tras una clarísima de Ureña salvada por Cillessen que tuvo su espejo en un último latigazo de Sneijder al travesaño. La perfecta locura de lo imperfecto.
Con un cambio de balonmano antes del pitido, Van Gaal sacó a Cillessen y dio entrada a Krul. Una decisión dura, de las que marcan una carrera llena ya de muescas. En la loteria pasó lo que tenía que pasar en toda ruleta rusa. La elección de Van Gaal, que pudo ser pegarse un tiro, se convirtió en la bendición para su combinado con las dos paradas de Krul que valen unas semifinales.
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