La precocidad del talento
La historia musical está repleta de jóvenes que reclamaron su espacio, que pidieron la vez y alzaron la voz. La lista de jóvenes de éxito es extensa, el rock -hasta que los Rolling Stones demostraron lo contrario- era cosa de adolescentes. Sin embargo, escribir canciones trascendentes es otra historia. La experiencia o el talento te puede llevar a tocar y crear buena música, pero se necesita una gran madurez personal para escribir canciones que retraten sentimientos o realidades sociales. Al igual que con Neruda, siempre me fascinaron los primeros álbumes de Bob Dylan, el hecho de que con 21 o 22 años fuese capaz de escribir canciones como 'Masters of war', 'The times are a changin', 'Dont think twice' o 'Blowing in the wind'. Puede que esta breve selección de la obra del músico de Duluth resuma, mejor que muchos libros, el sentir de los jóvenes de aquella generación y la lucha de aquellos años. Cuando el estadounidense ganó el Premio Príncipe de Asturias, el jurado valoró que su obra fue el faro que alumbró a una generación que intentó cambiar el mundo. Puede que esa sea la mejor manera de describir las canciones de aquel joven músico capaz de empezar una canción con estos versos: ''Vengan señores de la guerra, ustedes que construyen todas las armas, ustedes que construyen los aviones de muerte, ustedes que construyen las grandes bombas, ustedes que se esconden detrás de paredes, ustedes que se esconden detrás de escritorios, solo quiero que sepan que puedo ver detrás de sus máscaras''.
Sobre el impacto social de esa guerra también escribiría un joven Bruce Springsteen que en 1975, con 26 años, publicó 'Born to run', donde además del tema que da nombre al álbum figura 'Thunder road', un maravilloso retrato generacional. Jim Morrison era un joven de 23 años cuando se editó el álbum debut de los Doors en 1967, un disco que se cierra 'The end', un tema de 12 minutos repletos de metáforas y viajes psicotrópicos a tierras poco visitadas por entonces y con una letra que muestra el personal universo literario de un músico reconvertido en poeta. Resulta increíble que un chico de 23 años editase un álbum tan grande, profundo y redondo como 'Astral weeks'. Van Morrison lo hizo en 1968. El músico de Belfast se consagró con un trabajo complejo e intenso, un disco compuesto por canciones impenetrables que retratan la soledad y la tristeza. Muchos de estos jóvenes, fallecidos aparte, continuaron carreras estables, brillantes en muchos casos. No son los únicos. Hay más, no demasiados, pero más. Artistas precoces que a tempranas edades iniciaron carreras que revolucionaron la música, que iniciaron nuevas sendas y caminos que otros seguirían. Puede que los tiempos hayan cambiado, puede que los artistas de este siglo, como el resto de jóvenes, madure más tarde. Hay jóvenes llenos de talento, pero pocos capaces de plasmar sentimientos tan complejos en canciones tan impactantes como han hecho estos maestros, artistas precoces que retrataron con acierto el tiempo que les tocó vivir.
Twitter: AcardenalR | Fotografía: Getty Images




