Bomberos pirómanos

Un saludo especial para los oyentes de Asturias y de Extremadura que hoy celebran el día de su comunidad. Les deseamos que lo pasen de la mejor manera posible y nos alegramos de que esa fiesta no tenga otras connotaciones que la simple alegría de sentirse parte de un mismo territorio y de un mismo proyecto colectivo.

Se lo decimos a ellos y reflexionamos así en general porque va a ser muy difícil esta semana evitar que muchas conversaciones acaben girando sobre otro territorio que como ya habrán adivinado es Catalunya. El jueves se conmemora la Diada Nacional, es once de septiembre, y nos espera otra sobredosis de Catalunya, España, la independencia, que si maltrato, que si privilegios, el caso Pujol, etcétera, etcétera.

Alguien dirá que puede resultar muy pesado el tema, y posiblemente lleve razón, vamos posiblemente no: seguro. Pero es muy trascendente también, muy serio. Así que tampoco se trata de ignorarlo. Y en cualquier caso, lo que sí podemos hacer -siquiera como ejercicio de melancolía- es ver lo que está sucediendo en Escocia, donde van a votar en un par de semanas. ¡Ojo!, que nadie se encabrite: son dos realidades distintas, dos procesos diferentes, no estamos comparando, que quede claro, pero es inevitable la reflexión de fondo: allí se está haciendo política y aquí la política ha fracasado, al menos hasta el momento.

Porque es verdad que Artur Mas ha planteado un órdago imposible de tragar, pero no es menos cierto que Mariano Rajoy ha abdicado de cualquier intento serio de entendimiento. Y el problema es que entre ellos dos, en tierra de nadie, hay miles, millones de ciudadanos, que esperarían alguna respuesta, alguna solución. Y como no se la den, mientras no se la den, los ánimos se irán caldeando con el riesgo de que un día -esperemos que no- acabe explotando todo.