Entre la vida y la muerte

(CADENA SER)

Hoy nos asomamos a una historia de esas tan espinosas, tan delicadas y tan poliédricas que obligan a acercarse con pies de plomo. Nos llega desde Bélgica y es el caso de un preso condenado por violación y asesinato, que ha decidido apelar a la ley de eutanasia que rige en ese país; es decir, ha pedido directamente que le maten porque siente que no está curado, que es una amenaza para la sociedad y porque además la sentencia de cadena perpetua que pesa sobre él le provoca un sufrimiento sicológico insoportable.
La última palabra la tendrá este viernes el ministerio de Justicia, pero como pueden imaginarse se ha generado un intenso debate con varias preguntas, con varias dudas que se acumulan, sobre todo dos: en primer lugar todo lo relacionado con el derecho a la eutanasia que en España, por ejemplo, no está reconocido.
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Y después la potestad que puede tener -si es que la tiene- una persona en las circunstancias de este condenado para pedir ayuda al Estado, o sea apoyo institucional, para que le quiten de en medio.
Resumiendo, este es uno de aquellos temas donde no debería dar ninguna vergüenza tener dudas. Yo, desde luego, las tengo, y muchas.




