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Volver a Kenya

Sobrevuelo del Masai Mara en globoANA MANSERGAS

Querido viajero,

Volver a Kenya, es como volver a casa. Volver al primer país que pisé de la "África Negra", capital de África del Este. Volver a Kenya es volver al inicio de todo. La primera vez que vine a Kenya fue en 2012,vine directa a Lamu. No sabía muy bien su ubicación, en la costa keniana casi frontera con Somalia, ni su historia ni su cultura directamente relacionada con el arte Swajili, desconocía todo su encanto, su potencial y sus particularidades. Vine sin pensar, necesitaba sentir... Y lo conseguí. Desde el minuto uno olvidé el motivo que me hizo salir de España y me quedé deslumbrada por esta isla. Fueron sólo 10 días, los días mejores aprovechados que he tenido en todos los años que llevo viajando por la vida. Lamu es especial, es única, pero hay que venir y sentirlo, vivirlo y viajarla. Sólo un detalle: una isla que todavía utiliza el burro como medio de transporte es un lugar digno de visitar.

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Hasta que pise Lamu por primera vez, siempre buscaba excusas para NO venir a África, más que miedo, le tenía respeto y siempre terminaba viajando por otros países. Una vez vienes te das cuenta que viajar por África es llenarse de vida, sólo hay que vencer esos miedos a lo desconocido que nos paralizan, que me paralizaron tantas veces. Ahora me doy cuenta de todos los años que me he estado perdiendo esa sonrisa africana que sin ella ya no podría vivir.

Desde entonces Lamu y la posibilidad de desarrollar un proyecto de cooperación cultural con la Fundación Voces en la Casa de Acogida Anidan se convirtieron en una de mis prioridades. Volví a los meses. En esta ocasión pasé más tiempo en Nairobi trabajando con Voces en la grabación de un documental sobre emprendimiento social. Ahí empezó a cambiar la imagen que yo tenía de África. Y me empecé a dar cuenta que África es demasiado grande para poder generalizar sobre ella.

Nairobi es una ciudad de contrates, los barrios más pobres como Kibera, donde las chabolas han constituido una ciudad dentro de su ciudad con sus propias leyes, contrastan con los grandes edificios llenos de oficinas donde también se desarrollan las famosas "start up" que se convertirán el día de mañana en empresas para el desarrollo del país, uno de los países más ricos de África. Me gustó conocer de primera mano el nivel de emprendimiento que existe en este país, un emprendimiento quizá forzado u obligado para no caer en la pobreza a la que , sin darte cuenta, te puede arrastrar un país como Kenya. Nadie te da nada hecho, si no emprendes no hay opción. Y por eso algunos jóvenes, descendiente de kenianos, están trabajando en proyectos sociales de todo tipo con los que esperan poder ayudar al desarrollo de su país. Desgraciadamente es una minoría, pues la gran mayoría difícilmente podrá haber accedido a la universidad. Ahi descubrí la gran diferencia que hay entre los jóvenes nacidos en este país y los jóvenes que nacimos en un país "desarrollado" cuyo sistema, al no haber necesidad de primer nivel, nos convierte en auténticos parásitos de la sociedad en términos generales, siempre hay excepciones. Pero es la necesidad la que, en esta ocasión, ayuda a salir de la rutina, buscarse la vida e inventar nuevas fórmulas si se quiere tener calidad de vida pues en Nairobi también hay mucha calidad de vida. La riqueza mal distribuida típica de países en desarrollo, no existe clase media, sólo hay pobres o ricos. Aún con todo, me gusta Nairobi, sólo hay que aprender a moverse en ella.

Después de unas semanas en Nairobi, volví a Lamu. Y fruto de este viaje salió el video que podéis encontrar en Youtube "Voces: soñando culturas". Unas imágenes que describen qué es el proyecto que ahora me devuelve de nuevo a Kenya. Pero ahora vengo con un valor añadido, nada más llegar tener la oportunidad de volver a pisar la alfombra roja que Kananga Viajes ha desplegado con una de sus rutas históricas, "Memorias de África" .

Un viaje que comienza en uno de los lagos más especiales , a tan solo dos horas de Nairobi, Lago Naivasha y que terminará en la maravillosas playas de Zanzíbar, Tanzania. Hasta entonces me esperan 15 días de disfrutar del espectacular Lago Victoria y de tres de los espacios naturales más maravillosos de África y que más atrae a los turistas viajeros: Ngorongoro, Masai Mara y Serengeti. Realmente son el mismo parque separado por las barreras fronterizas que en su día diseñaron los "blancos" sentados en sus oficinas en Europa y que tanto daño han hecho a África ya que diseñaron el actual mapa de África llevados por sus propios intereses sin tener en cuenta ni las necesidades de las tribus que separaron ni su orografía. Una auténtica barbaridad cuyas consecuencias se siguen pagando hoy. Son algunas de las reflexiones e historias que nos cuenta nuestra guía Carmen Manzanares. Viajar con ella es un auténtico lujo, conoce a la perfección todos los parques de la ruta, sus animales y la evolución de los mismos. Lleva 6 años haciéndola varias veces al año y todavía no se le agota la ilusión y entusiasmo que derrocha desde el primer día. Nos habla de temas agradables como el comportamiento de los animales y de menos agradables como el conflicto que hay desde hace tiempo por la presencia de los Masai en el Parque Nacional. Pero no entraremos en estos temas, que aquí hemos venido a pasarlo bien... Y para pasarlo bien, os invito a subir en globo.

Sobrevolar el Masai Mara en globo es una de las sensaciones y experiencias que me cuesta describir. Ya me ocurrió volando el Namib o el Okavango, pero en esta ocasión el medio de transporte tan silencioso, tranquilo y suave, el globo, hace que puedas percibir sonidos y silencios de la naturaleza de manera especial... hay que vivirlo. Observar estos paisajes inmensos y la vida desde las alturas no tiene precio, aunque en esta ocasión el billete por persona ronde unos 500 dólares. Una cantidad que sería inaccesible para muchos pero que esta incluida en el paquete "Memorias de África" y , por tanto, pone al alcance de algunos más una actividad, en principio, muy exclusiva. Además, el Masai Mara es un parque relativamente agradecido, encuentras todos los animales muy fácilmente, incluso, los leones y sus crías , tan difíciles de observar en otros parques, que pueden pasear tranquilamente al lado de tu 4x4. Es un parque que yo recomendaría para todos los principiantes en esta materia.

Ahora Kenya está tranquila. Es un país para no dejarlo escapar. Tanzania, más de lo mismo. Yo viajo segura, sin temor a nada, sólo con la ilusión de seguir viajando por la vida, disfrutar y aprender. Un cúmulo de sensaciones que se intensifican aún más yendo de la mano de profesionales como Kananga que no ha visto afectada su temporada de safaris este año por la difícil realidad de los atentados terroristas en el mes de junio y julio en la costa de Kenya ni , ahora, por el miedo al ébola que no es todavía real en este país. Pero esta realidad sí que ha afectado a otras empresas relacionadas directamente con el turismo que están pasando los peores meses de sus vidas. No olvidemos que el sector de turismo da de comer a muchas familias kenianas y no tendríamos que dejarnos llevar por los miedos, en ocasiones creados desde los países desarrollados, y poder seguir disfrutando de África y de sus países; es, sin duda alguna, la mejor manera ahora de ayudar a África.

Ana Mansergas

Redactora de Radio Valencia Cadena SER

 
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