Todo apunta a que nuestros representantes ya no serán como los de antes

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"Cuando comenzaron las protestas hace tres años uno de los lemas clásicos del 15M era el de "no nos representan", un grito que mezclaba crítica al sistema y a nuestros gobernantes. Si algo nos han demostrado las instituciones representativas a lo largo de la historia es que son muy resistentes y maleables. Son compatibles tanto con democracias de calidad como con disfuncionales o corruptas. A mi juicio la clave no estriba en el esqueleto del sistema representativo como sino de los actores políticos que la llenan de contenido. Ahora estamos viendo dos procesos que tocan a uno de estos actores, a los partidos. Por un lado estamos viendo la emergencia de partidos-movimiento, mucho más horizontales, participativos y menos institucionalizados que se preparan para el asalto electoral de 2015. Por el otro, los partidos clásicos están intentando recuperar su conexión con la ciudanía haciéndola partícipe de su vida interna, que sientan que su voz es tenida en cuenta con los sistemas de primarias. Dos procesos que son simultáneos, uno más rupturista que emerge fuerte desde las europeas y otro de reforma que quizá ya llega tarde. Veremos cual se impone de los dos pero todo apunta a que nuestros representantes ya no serán como los de antes."




