El editorial de Pepa Bueno: "Y ahora, que dimitan"

No todos los lunes se puede empezar un informativo con una buena noticia sin matices. Y la de Teresa Romero lo es. Ha superado el ébola. Ha tenido su vida en peligro por hacer su trabajo y por hacerlo con generosidad, puesto que se presentó voluntaria para tender a los misioneros contagiados y por una vez la historia puede terminar bien. Por primera vez un análisis dice que ha superado el virus aunque todavía habrá que hacer otros y parece que las secuelas están bastante controladas. Y esta mañana es fácil imaginar que junto a su familia, hay un colectivo que debe estar particularmente satisfecho: el personal de la sanidad pública española que la ha atendido en el Hospital Carlos tercero. Su trabajo le ha salvado sin duda la vida a Teresa que llegó a estar en estado crítico.

Y las buenas noticias se extienden de momento a las otras personas aisladas. Todas las pruebas realizadas hasta el momento dan negativo, aunque tienen que seguir controlados hasta que pasen la cuarentena.

Si todo sigue así, habremos superado esta crisis y nuestros científicos y sanitarios estarán más preparados para afrontar otras futuras. Porque no se puede descartar de ninguna manera que tengamos más casos. No se le puede poner puertas a un virus. Por eso es necesario resolver lo que queda pendiente: la crisis política, el desastre de gestión de los primeros días. El caos y la alarma de aquella semana tiene responsables máximos, con nombres y apellidos. Un consejero y una ministra de sanidad que carecerán de cualquier credibilidad cuando la próxima crisis asome.