Una fundación mínima
La Fundación Newcastle tiene su sede en una casa de muñecas que se puede visitar en la casa de su propietario

Esta es la historia de una persona con un sueño, el relato del camino hacia un destino soñado que terminó por adaptarse a la realidad. Este es el testimonio de un hombre que quiso colaborar con el arte contemporáneo y que ha terminado haciéndolo a la medida de sus posibilidades: creando la fundación Newcastle que tiene su sede en una casa de muñecas de ese modelo. Es todo lo que pudo comprar con el escaso premio que obtuvo en un sorteo de lotería.






