Susto y debilidades

Madrid

La idea de una debacle electoral toma cuerpo en los dos principales partidos. A la espera de que se publique el último CIS, que se prevé malo para ellos, ayer los datos de la encuesta de Metroscopia para El País ya apuntaban la tendencia demoscópica de este país. Podemos se puede convertir en la primera fuerza política. Podemos, al que los partidos tradicionales han ignorado primero y han intentado desprestigiar después, ha dado con la tecla, la tecla del descontento social, el hombro en el que los ciudadanos pueden llorar sus miserias, en forma de paro, de recortes sociales, de recortes salariales, de privatizaciones, de indignación por la corrupción. Y no solo eso, han convertido esas lágrimas en su programa electoral.

Los ciudadanos han encontrado quien les entiende y Podemos se ha ido moldeando a golpe de sus protestas. Y mientras tanto PP y PSOE pensando que todo lo que ha pasado hasta ahora, los que nos ha pasado hasta ahora era inocuo e indoloro. Y ahora les llega el susto. En el PSOE lo intentan superar sacando a Pedro Sánchez como la panacea, el joven no contaminado, el nuevo PSOE. Pero si al cambio de cara no se le añade un discurso convincente con un buen proyecto de regeneración democrática, un discurso bien armado sobre el modelo de Estado que quieren, en relación con el conflicto con Cataluña. Y una propuesta económica que se aleje de la austeridad, el cambio de cara se quedará solo en eso en el cambio de cara.

Y en el PP intentan superar el susto como siempre, sin hacer nada. Esperando que los problemas se pudran antes de solucionarlos y lo que se está pudriendo es el país. No atajar la corrupción conlleva que cada día aparezcan nuevos casos que les salpican, no intentar solucionar la crisis de Cataluña conlleva la erosión de la relación entre Cataluña y el resto de España, no hacer nada para entender los problemas de la gente, conlleva que salgan nuevas formaciones que si las entienden.

Hoy tenemos dos claros ejemplos. Mariano Rajoy ha sido incapaz de impedir la foto del rey con la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, doblemente imputada, ha sido incapaz de obligar a dimitir al presidente de la Diputación de León. María Dolores de Cospedal dice que ellos han hecho todo lo que han podido contra la corrupción. O sea, que lo que han podido hacer es precisamente no poder hacer nada. Así que no les sorprendan los resultados de las encuestas. Porque el no hacer nada es el principal síntoma de su propia debilidad.